¡Tu hijo n̶o̶ es mío! 《ChanBaek》

CUATRO

En las siguientes semanas Chanyeol al menos fue dos o tres veces por semana a la casa de Baekhyun para ver a su hijo. Yoonhyun aunque al principio lucía demasiado precavido como para tener la iniciativa de saludarlo primero, en realidad una vez que entro en confianza podía ser muy expresivo y actuar sin ningún grado de timidez a su alrededor. Chanyeol había notado que pequeños hábitos de Baekhyun habían sido adoptados por Yoonhyun pero todos buenos, en realidad su hijo era un niño muy educado y mayormente obediente. Chanyeol estaba sumamente convencido del gran trabajo que había hecho Baekhyun criandolo esos años. Yoonhyun era un buen niño porque Byun Baekhyun es su padre.  

Ya que Chanyeol estaba tomándose su paternidad muy en serio, tan pronto como pudo se coordinó con Baekhyun para llevarlo de la casa a la escuela y viceversa al menos un día a la semana. Y luego de que el mayor de los padres avisó a las maestras sobre Chanyeol como el ahora otro tutor de Yoonhyun, no hubo problemas con que el más alto de los padres recogiera a su hijo. También, por supuesto, luego de hablarlo detenidamente con el mayor, llegaron a un acuerdo de manutención que Chanyeol estaría aportando a Baekhyun para Yoonhyun y además no se midió en sus propios gastos para con su hijo aunque Baekhyun le mostró cuán en desacuerdo estaba con algunas de sus compras porque “esas no son cosas necesarias para un niño como Yoonhyun”, sin embargo, era satisfactorio ver la inocente felicidad del menor en sus bonitos ojos igual a los de su padre Baekhyun por sus regalos. 

Igualmente y aunque quisiera evitarlo porque las cosas entre Baekhyun y él no estaban resueltas, Chanyeol había tenido el tiempo suficiente para mirar de cerca al más bajo. En todos esos días sin poder detenerse había estado observando detenidamente a Baekhyun; cada gesto que le dedicaba a Yoonhyun, su forma tan resuelta de comunicarse con su hijo, la dedicación que se tomaba en cada cosa y acción que llevaba a cabo, incluso el tono de voz que normalmente usaba para hablar, cada detalle de él capturaba la atención de Chanyeol y era casi difícil para él ignorarlo cuando estaba alrededor o al menos no mirarlo por más de medio minuto seguido sin ser descubierto por el otro. 

Joder, ni siquiera tenían mucho tiempo de haberse reencontrado pero definitivamente Chanyeol se arrepentía profundamente de cada una de las palabras despectivas que le dedicó al hombre tiempo atrás.  Poco a poco, así como estaba conociendo cada parte de su hijo, también lo hacía de Baekhyun, pues aunque él hombre insistía en mantenerse indiferente a la presencia de Chanyeol, siempre era sincero cuando se trataba de estar al lado de Yoonhyun. 

● ● ● 

Luhan tenía razón y Baekhyun por el bien de su hijo había decidido mantener una buena relación con Chanyeol o bueno, mantener una relación neutra con el alto aunque todavía lo odiaba, trataba de decírselo a Chanyeol cada que podía con sus despectivas miradas aunque lejos de Yoonhyun. No quería que su hijo creciera en un mal ambiente en donde sus dos padres discutieran todo el tiempo, pese a que Baekhyun siempre quería discutir con el hombre, por lo que Baekhyun estaba haciendo un sobreesfuerza para estar en buenos términos con el alto. 

Baekhyun estaba buscando como loco su corbata gris en su habitación a medio vestir a la par que trataba de tener completamente listo a Yoonhyun para la escuela. Afortunadamente ese día era el turno de Chanyeol de llevarlo, así que tenía solo un poco más de tiempo para sí mismo, sin embargo, el alto llegaría en cualquier momento y no los quería retrasar de ninguna manera. 

Al terminar de peinar a su hijo, caminó fuera de la habitación del menor tratando de cruzar el pasillo para llegar a su habitación pero a medio camino pisó con su descalzo pie una pieza Lego y terminó aullando de dolor mientras saltaba en un pie. 

— ¡Apá-Baek, cuidado con mis juguetes! —se quejó el menor corriendo para revisar que su Lego siguiera en perfectas condiciones. 

— ¡Te pedí que los recogiera, Yoonhyun! —El menor hizo un puchero recogiendo sus juguetes para dejarlos en su lugar.