Capítulo 12

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Hide terminó de empacar, ya solo le faltaba usar cinta adhesiva para cerrar las cajas y así dar por terminado su trabajo. El Sol bajaba y con ello la tarde llegaba, nuestro rubio cargo las cajas hacia la sala de estar. Donde se encontraba el bebé, despierto ahora, y con maraca en mano. Dejo las cajas en una esquina de la sala de estar y se acercó al bebé ya que este le seguía con la mirada en silencio. Sentado sobre sus piernas, Hide extendió sus manos hacia la cabeza del bebé para acariciar sus cabellos lisos, pero medios ondulados así como su figura paterna lo tenia.

El bebé sonrió y Hide sintió estremecer algo en su ser. Sus ojos se llenaron de lágrimas, que fueron bajando por sus pálidas mejillas, escurriéndose dentro de la mascarilla de hospital. ¿Por qué sentía su corazón latir así de fuerte? Siguió acariciando su cabello, pero el bebé agarró uno de sus largos dedos y lo apretó con una fuerza sobre humana. Hide se quejó un poco, y sonrió a través de la mascarilla, haciendo sus ojos cerrarse.

Escuchó pisadas detrás de sí, pero no se alejó del bebé.

señor -su voz robótica hizo presencia- falta la cinta adhesiva para cerrar las cajas

Kaneki le miró la espalda y esos cabellos rubios mientras contenía el aliento. Sin darse cuenta cuando Yukiyoshi extendió su otro brazo y tiró la bufanda de Hide, haciendo que se viera esa horrenda cicatriz en su cuello, barbilla y más allá. Kaneki se quedó petrificado más todavía ¿quién era este chico?

lo siento -rápido se disculpó y alejó las menos del bebé de encima suyo para cubrir mejor su cicatriz y darle por fin la cara a Kaneki; quien abrió los ojos sorprendido mientras finas lágrimas bajaban- ¿señor?

Kaneki negó se echó para atrás con miedo a que esto sea otra ilusión de los tantos arrebatos que le dieron en el pasado por el accidente. Hide trató de acercarse, pero vio que el joven padre cubría uno de sus ojos con fervor ¿ghoul? Debería dejar de ser intuitivo, se regaño así mismo el rubio.

Hizo una reverencia en modo de respeto y despedida antes de colocarse los zapatos y marcharse cojeando. La blanca nieve se hacía más intensa, y la ventisca hacia sus dientes tiritar. Llegó a su pequeño domicilio, quito sus zapatos, guantes, bufanda, y abrigo. Su cuerpo se irguió así como un gato para comenzar a calentarse en su sillón. ¿Se habrá asustado por la cicatriz? No sería el primero, pero igual duele.

Quito su mascarilla y la dejó sobre sus piernas ¿tendría que cubrirse toda una vida por algo que no recuerda? El doctor había mencionado algo de unos montañistas de haberlo rescatado y traído. Dijeron que fue atacado por un ghoul, una fémina, y que se había llevado algo envuelto en un abrigo.

Puede ver lo que come a través de un lado de la mejilla, donde se pueden apreciar los dientes, sin que los labios le protejan, y la encía. A veces le resultaba difícil el esperar hasta llegar a su casa para poder comer en solitario. Pasar hambre para que otros no la pierdan por su aspecto. Estúpido ¿no? 

Sintió sus ojos arder y sus mejillas enrojecer. Se levantó y desechó en el basurero la mascarilla de hospital y se encaminó hacia la cocina para prepararse algo de comer. Sacó unos fideos instantáneos, y unas papitas de queso. Cocinó los fideos y agarró una botella de agua para volver al sillón y sentarse a comer; claro que con la bolsa de papas sostenida en su axila.

Comenzó a comer, y sintió que era observado, pero negó, no podía ponerse paranoico ahora. Unos toques en la puerta le hicieron detenerse a que continuara comiendo sus fideos. Con el pensamiento de que era el arrendador, y que este solo le tocaba antes de dejar sobre el suelo algún papel que decía "no olvides pagar este mes" se encaminó a la puerta. La abrió y se sorprendió de ver al joven padre con el bebé en brazos; ambos bien abrigados.

¿Cómo hacer un bebé? Where stories live. Discover now