Una visión inolvidable

327 26 29
                                    

23.10.2018

La chica se gira lentamente, ondeando su pelo y mirándome con una cara de incredulidad.

-¿Cómo sabes eso? -su voz refleja perplejidad

Me río.

-Es bastante obvio. Llevas una maleta, y nadie iría de viaje, solo, en pleno octubre. Y da la casualidad de que nosotros también vamos, y vamos igual de cargados que tú. Así que solo hay una respuesta.

Se mira a sí misma, a su maleta, y a nosotros, y fija su vista en mí.

-¿Podría... podría ir con vosotros? -titubea- Como podéis ver, no me sé el camino

Nos miramos entre nosotros, y asentimos.

-Claro que puedes venir -responde, sonriendo, Austin.

-¡Gracias! Mi nombre es Celia. ¿Y vosotros? -dice, risueña.

-Yo soy Xavier, encantado -digo, mientras le tiendo la mano.

-Yo Austin -después de mí, le tiende la mano con su sonrisa.

-Mark...-da un paso atrás. Siempre ha sido tímido.

-¡Encantada de conoceros! -una sonrisa adorna su rostro.

-Igualmente -decimos Austin y yo al unísono.

-Entonces... ¿vamos?

-Sí, vamos

Nos dirigimos a la parada de autobús, que está dos manzanas más para abajo. El silencio se prolonga durante dos, tres, cuatro, hasta diez minutos, cuando Mark rompe el silencio (algo inesperado):

-Y... ¿a qué instituto vas? -dice, titubeante.

Celia sonríe, aparentemente feliz de haber roto el silencio.

-Pues... me acabo de mudar hace una semana, así que no se muy bien a qué instituto ir.

-Si quieres te puedes venir al nuestro -dice, risueño, Austin.

-Claro, ¿por qué no? Se lo diré a mis padres, a ver si les parece bien. Sois las primeras personas que conozco aquí, así que si creo que mejor iré al vuestro.

Mientras caminamos, siguen charlando. En verdad me gusta que las personas a mi alrededor charlen. A mí siempre me ha gustado intentar adivinar qué está pensando una persona. ¿Le parecemos raros? ¿Nos escucha, o sólo habla por hablar? ¿Corresponde nuestra simpatía, o sólo lo hace para quedar bien? Miles de preguntas me hago, y ninguna puede ser respondida. A menudo, me pregunto: ¿Qué pasaría si todos pudiésemos leer la mente a los demás? Sería genial, claro, pero a la vez un caos. Nadie podría refugiarse en su único "hogar". Nadie podría pensar nada del otro, sea bueno o malo. El saber una bendición, pero el saber en exceso es una maldición. Para qué mentir, las personas que quieren saber cosas privadas nunca me han sido agradables. No te es necesario saber dónde he ido, o qué he hecho. O con quién estoy, o he estado, no te es necesario. Sonará hipócrita, ya que yo también me hago esas preguntas. Pero la mera diferencia es que tengo la decencia de no preguntarlo, y menos si apenas conozco a alguien.

-¿Y tú, Xavier? -alguien me interrumpe. Es Mark.

-¿Eh? -al parecer he hecho una cara un poco extraña, porque empiezan a reírse al ver mi reacción.

-Te decíamos que qué clase te cogerás -responde Austin, entre risas.

-¿Clase de qué?

-Del personaje del juego, de qué va a ser.

-Aaaaaah. Pues no sé. A ver, por lo que han dicho en el tráiler hay cinco, ¿no?

-Sí, el chamán, el cazador, el caballero de luz, el mago y el caballero oscuro.

-Pero cada clase se subdivide en otras clases, ¿lo sabíais? También puedes tener distintas profesiones, para poder tener una fuente de ingresos. Bueno, a lo que íbamos. Yo creo que me cogeré el caballero oscuro.

-¿Podríais explicarme un poco cómo es esto de las clases? -pide Celia.

-Claro. Veamos, te explicaré las clases. El chamán se puede subdividir en tres clases, el espiritista, el druida, y el chamán guerrero. El chamán juega con la naturaleza, y juega mejor con martillo y escudo, aunque en realidad todas las clases pueden coger el tipo de armas que quieran. No tienen restricción. Luego está el cazador, que puede ser un domador, guardabosques o explorador. Normalmente juega con un arco y una daga, o espada, y le acompaña una mascota. Después, los caballeros de luz. Son los más variados, ya que pueden ser cazademonios, sacerdotes o templarios. Su arma predilecta es el mandoble. Los magos son los que tienen más subclases, que son cuatro; agua, fuego, bosque, y...

-Luz -interviene Mark.

-Eso. Y por último, el caballero oscuro, que puede ser un fantasma, un necrario, y un vinculista. Estos son más de jugar con dos armas, sean espadas, dagas o hachas.

-Oye, y... ¿las profesiones? -pregunta Celia.

-Ah, eso. Bueno, pues las únicas que sé son: comerciante, soldado, cazarrecompensas, herrero, minero y... creo que peletero, o algo así.

Sin darnos cuenta, ya estamos en la parada de autobús, y por poco nos la pasamos si no fuese porque Mark casi choca con la señal. Esperamos cerca de diez minutos, y apareció el autobús, por fin. Subimos, pagamos el peaje, y nos sentamos en el fondo. Terminamos Celia y yo juntos, y Austin y Mark delante. Un cuarto de hora después, estoy revisando las noticias del juego en el móvil cuando noto un peso en mi hombro izquierdo. Me giro, y es Celia, que se ha dormido. Intento aguantarme la risa, pero no puedo, y de mi boca sale un sonido raro. Ella se revuelve en sueños, pero sigue como está. En fin.

Ahora, se me avecina una de las mayores aventuras que tendré, o eso espero. Ya desde pequeño, me ponía a jugar videojuegos. Daba lo mismo qué era, siempre estaba con alguno entre manos. Y ahora, el sueño de todo friki como yo, una realidad virtual. Joder, soy muy afortunado por haber nacido en esta época. Que sí, que a lo mejor luego habrá mejores cosas, pero yo con esto estoy contento. Pero da lo mismo.

Los párpados me pesan, y una somnolencia repentina invade mi cuerpo. Justo cuando estoy por dormirme, el autobús llega a su destino. Mark y Austin se levantan, y éste último me hace señas, indicándome que me levantase, obviamente. Asiento, y le sacudo el hombro a Celia. Ella abre los ojos, y seguido de esto levanta la cabeza con los ojos muy abiertos, muy sonrojada.

-Oh, perdón, Xavier. Lo siento, de verdad, no era mi intención molestarte, pero ya sabes, uno se duerme y no sabe que ha... En fin, que perdón -dice atropelladamente.

Me río, cosa que sonroja aún más a Celia, y después la levanto.

-No pasa nada, de verdad. Somos amigos, ¿verdad?

Celia titubea mientras baja la mirada. En ese preciso momento, me fijo en sus ojos, que pierden el brillo de repente.

-Sí, supongo...

-¿Bajáis ya, o me quedo a criar telarañas? -se escucha una voz detrás nuestra. Me es familiar... Me giro, y me encuentro al cartero de esta mañana. Está sin la gorra, y observo cómo tiene unas grandes bolsas moradas debajo de los ojos.

-Ah, hola.

-Oye, yo estoy de acuerdo contigo, chaval. Y vosotros dos qué, ¿bajáis o no? -esta vez es el conductor, con una voz áspera.

Nos bajamos corriendo, pidiendo perdón a todos los que nos cruzamos, y lo primero que vemos nos deja sin habla.

Una visión inolvidable.

Tales of Kingdoms: ShinigamiWhere stories live. Discover now