Capítulo 22: Nueva vida sin tí.

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Se odiaba a sí mismo por no poder odiarlo a él, quería verlo, abrazarlo y, si se lo permitiera, quería besarlo. Pero las palabras "no quiero volver a verte" aún podía escucharlas en su cabeza repitiéndose una y otra vez.

«"Yo.... creo que yo también te amo"».

Despertó con la respiración agitada y el corazón a punto de salirse de su pecho, deseando dormir de nuevo y soñar con el Frank que se había quedado en su mente y en su corazón, el Frank que decía amarlo y lo besaba con tanta pasión.

«Es un mentiroso...».

Sentía su cabeza palpitar y los ojos hinchados, incluso ardían. Le dolía todo el cuerpo por dormir tanto tiempo; nunca había tenido un accidente pero de haber sido atropellado seguro que se sentiría así.

Se revolvía en la cama tratando de encontrar una posición en la que su cuerpo no doliera tanto, pero era en vano, su cuerpo le exigía que saliera de la cama. Aún así no tenía los ánimos ni la fuerza para hacerlo.

«"No sé de dónde sacas eso, pero lo único que siento por tí... es asco"».

Las lágrimas se inundaron sus ojos nuevamente mientras acallaba sus sollozos en la almohada, sintiendo un terrible dolor invadiendo su pecho.

Cerca de las tres de la tarde escuchó su móvil sonar y no habría contestado de no ser porque aquel peculiar tono era el que había asignado al contacto de Michael. Podría dejar colgado a todo el mundo, pero no a su hermano.

—¿Sí? —su voz era débil.

—Hola. ¿Estabas durmiendo? son casi las tres de la tarde Gerard. —lo riñó.

—Si... es que tuve mi presentación y el examen... estaba cansado y no dormí bien ayer, solo estoy recuperando energías. —se excusó.

—Okey, tienes razón. Pero duerme sólo lo necesario ¿de acuerdo, Gerard? —se sintió estúpido al asentir con la cabeza sabiendo que Michael no podía verlo.

—Tengo malas noticias... —el pelirrojo se reincorporó en la cama.

—¿Qué ocurre? —preguntó preocupado por la manera en que lo dijo.

—Saldré de la ciudad por dos meses —comentó seriamente.

—Wow... dos meses ¿Por qué? ¿A dónde? —esa sería la primera vez que pasaría en tanto tiempo sin verse, pues incluso cuando dejaron Jersey lo habían hecho juntos.

—Los directivos quieren anunciar otra sucursal en el aniversario, es como una sorpresa para los accionistas, pero no tenían ni idea de dónde ubicarla así que luego de hacer censos descubrimos que hay mucha demanda en Washington...

—¿Irás hasta Washington? —preguntó alarmado.

—Sí... soy el único que conoce el estado de la empresa lo suficiente como para hacerlo además de Frank, pero él es el presidente así que no puede irse —comentó.

—Todo esto es muy precipitado... ¿Cuándo te irás? —preguntó.

—Lo es, lo decidieron hace tres días y hoy me dijeron que sería yo junto con algunos colegas quienes debíamos organizar todo... —Gerard guardaba silencio —¿Estarás bien sólo? —algo muy en el fondo le decía que Gerard tenía algo más, que no sólo estaba cansado, pero no sabía qué era.

—Sí, no te preocupes por mí. Ven a verme antes de irte ¿Bien? —su voz era cálida estaba felíz de que su hermano creciera tanto en su carrera a pesar de que la idea del largo viaje no le agradaba del todo.

—Lo haré. Descansa por hoy, mañana iré a tu departamento, yo invito la comida, hiciste un gran trabajo en la galería.

—De acuerdo. —Sonrío.

No me dejes caer. |Frerard|Where stories live. Discover now