Capítulo 2: La cena.

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Diario:

Desearía que Rey no hubiera organizado esa cena. De verdad que no estaba de ánimo. La cabeza me duele, los ruidos son tan intensos que debo cubrir mis orejas con las manos para aislar el ruido. ¿Qué diablos había hecho?, si quería parecer normal y sana definitivamente esta cena había dejado claro todo lo contrario.

No me sorprende que arruine todo, siempre he sentido que a cada segundo, cada minuto, cada hora cada día que pasa, no pertenezco a este mundo. Siempre fui una inadaptada.

Y ahora estoy aquí, mirando las hojas vacías de este diario, pensando que escribiendo esto puedo cambiar algo de lo sucedido, bah...solo sirvo para arruinar las cosas.

No debería ser tan dura conmigo misma pero ¿Qué hago?.x

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La cena:

Había ayudado a Rey a preparar la cena o bueno tan siquiera lo había intentado.

En realidad...había dejado que Rey se llevará todo el crédito ya que hasta el agua se me evaporaba. Si por mi fuera hubiera cenado cereal y leche o pedido comida, ¿Por qué complicarse?

—Ya es tarde, Debemos irnos a arreglar- avisó.

—Mami ¿Me peinas?—Llegó, Melanie.

Melanie tenía un hermoso vestido azul que hacía juego con sus ojos, le sonreí y las dejé para irme a "Arreglar".

Subí a mi habitación y me miré en el espejo. ¿Qué debía ponerme? Miré mi armario y lo único que había eran:
-Shorts.
-Jeans.
-Sudaderas.
-Blusas desgastadas.
‐Tenis.
-Botas.

Como verán, no tenía mucho de dónde elegir. Me retiré la sudadera color crema que tenía puesto y me quedé con la blusa de tirantes negra de abajo. Mire mis cicatrices en el espejo y recordé el accidente.

Tenia una pequeña cicatriz en parte superior de los brazos por que un metal se había incrustado en mi brazo tras el accidente, pequeñas cicatrices en el vientre debido a cristales y... las cicatrices en mis muñecas.

—¿Todo bien?—Rey entró a la habitación y finji que estaba bien.

—¿Eh?, si— ¿De verdad lo estaba?

—Pensé que ya estarías lista.—Me hizo puchero.

—No sabía que elegir.

Rey se acercó a mi y soltó mi cabello que mantenía en una coleta alta y comenzó a hacer una trenza.

—¿Te acuerdas que de pequeña te encantaba que te peinara?

Me alejé para que dejara de trenzar y la miré.— Ya no soy una niña.

—¡Lo sé!.— Rey salió rápido de la habitación y regresó con una caja rosa pastel- Por eso te traigo esto.

Dejo la caja sobre la cama y me ánimo abrirla. Dentro de la caja había un vestido negro de tirantes que posiblemente me llegaba arriba de las rodillas.

—¿Qué se supone que haga con él?— Pregunté y Rey frunció el ceño.

—Ponértelo, boba.

Me miré las cicatrices y Rey lo notó.

—Tranquila ¿Sí?, todo estará bien.

Rey salió de la habitación. Me duche y me coloqué el vestido negro, me miré en el espejo y noté que la cicatriz de mis muñecas serían muy evidentes así que sobre el vestido me coloqué una chaqueta de mezclilla. Mire las zapatillas blancas y me las coloqué. Deje mi cabello suelto pues seguía húmedo y me dispuse a salir del cuarto. Rey me vio y frunció el ceño.

Diario De Una Inadaptada (Keanu Y Tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora