One Shots || WWE #2

Seth Rollins

Colby era una persona difícil de entender, cada día era más insoportable que el día anterior.

Podría decirse que se encontraba solo.

A aquellas personas que podía llamarles 'Amigos' lo habían abandonado sin decir la razón.

Pero él pelinegro sabía el porque, su actitud hacía los demás no ayudaba en absoluto, era un completo imbécil.

Nikki Bella era totalmente lo contrario, ella le encantaba ser servicial y humilde con las personas, sí podría, lo haría todos lo días.

Sus amistades eran muy pocas, ya que ella era reservada con su vida personal.

En el amor, ambos tenían algo en común, no les iba como tanto anhelaban, no era como un 'cuento de hadas'.

¿Cómo pueden los opuestos atraerse?
Pues aquí puede estar la respuesta o quizá no.

Nicole se encontraba cuidando a una pequeña en el hospital, hoy cubría el turno de su amiga Alicia.

Se había graduado de buen promedio de la Universidad de Medicina.

—Ok cariño, ahora dime, ¿Qué cuento quisieras que yo te narrará?— Preguntó a la pequeña niña de cinco años, que se encontraba en la camilla de su habitación.

—Quiero el de un principe encantador, con su princesa, con un 'felices por siempre'—Contestó la pequeña niña con una sonrisa débil, ella se encontraba enferma de cáncer.

—Esta bien, ¿Qué te parece La Bella y La Bestia, Nora?—Volvió a preguntar a la niña, quién asintió emocionada.

Buscó el libro en la pequeña estantería, encontrandolo lo tomó en sus manos, sentándose junto a la pequeña en un sillón, abrió el libro.

A la castaña se le hizo un nudo en su garganta, le tomaba mucho cariño a todos los niños que ella cuidaba, eran parte de su día a día.

Pero le recordaba a su hermana gemela, Brianna, ella había muerto de Cáncer de huesos, fue un momento difícil para Nicole, pero a pesar de todo, ha salido adelante con ayuda de su madre y padrastro.

—Había una vez una hermosa princesa llamada Bella, ella vivía en una pequeña cabaña junto a su padre, un gran trabajador en el pequeño pueblo...—Comenzó a narrar la historia, la pequeña cerró los ojos para poder imaginarse la escena, era tan lindo para ella ver felices a los niños, aunque estuvieran en una corta línea de la vida y la muerte.

Colby se mantenía en una mala actitud, sus compañeros de trabajo no lo soportaban. Él era el jefe de la plaza de médicos en la zona sur de los Estados Unidos, cada tres veces al año obsequiaba aparatos para los hospitales de niños con Cáncer.

La razón era por una antigua novia que tuvo, murió de aquella enfermedad, él llegó a amarla y ella a él también.

Hoy le tocaba visita al hospital de la ciudad de Arizona, habían niños con Cáncer en esa zona. También le habían platicado de un grupo de chicas que cuidaban de los pequeños, quería agradecerles por él gran trabajo que han realizado.

El chofer se estaciono en la entrada del hospital, salió del auto cerrando la puerta de éste, miró el nombre de hospital y suspiro hondo, aquí había muerto su novia.

Entró al lugar, el Doctor Murphy lo recibió con un cordial saludo, mientras le mostraba el lugar, era increíble para él, había cambiado todo el lugar.

Nicole terminó su turno con Nora, quién yacia dormida por el calmante.

Su compañera Rebecca le informó que debían presentarse ante el socio del Hospital, por lo cual se reunió junto a sus demás compañeras.