Paige

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Él había terminado dentro de mí.

De nuevo había grabado toda nuestra intimidad sexual.

Cada que terminaba me sentía incómoda, porque mi privacidad ya no existía.

Salió dentro de mí, y me besó en los labios, lo amaba, tiempo pasado.

Pero tenía que estar con él para no ser exhibida públicamente. Maddox me había amenazado, que sí me separaba de él, iba a exhibir lo "puta" que soy.

Estaba aterrada, lo primero fue atracción y amor, pero ahora es temor y rencor.

No se lo he podido contar a alguien, porque lo primero que dirán será: "Debes terminarlo y demandarlo", no entenderían como me siento al respecto.

Me levanté para ir al baño, pero su mano me detuvo, haciendo girar mi cuerpo y caer sentada arriba de él, que con sólo tocar nuestras pieles, el mío se colocaba tenso.

—¿A dónde vas amor?—Preguntó mientras tocaba mi cuerpo descaradamente, sabía que no quería estar con alguien como él, pero aún así, me deseaba y me amaba intensamente, era una obsesión.

—Iré al baño, quiero darme una ducha—Contesté sin mirarlo a los ojos y me levanté de encima de él, me dirigí rápido al baño, cerrando la puerta con seguro.

Tenía que salir de aquí, me di una ducha rápido, me vestí con un atuendo cómodo, era un conjunto.

Mientras me miraba al espejo, podía notar las marcas en mi cuerpo, cada beso, cada mordisco, cada azote, cada rasguño.

Era un asco, mis lágrimas no tardaron en salir de mis ojos, las limpié rápidamente, tomé una sudadera, junto a mis llaves y mi teléfono celular.

Salí del baño, encontrando a Maddox viendo la televisión en la cama, no le dirigí la palabra y me dirigí a la puerta, él al darse cuenta que estaba a punto de salir, se acercó a mí y me jaló hacía él.

—¿A dónde vas Saraya?—Preguntó confundido. Pero podía notar lo posesivo de él en su mirada.

Mi vista se nublo, ya no podía más con esto, no podía verlo a los ojos, me daba mucho temor estar con él. Me tomó de la barbilla para mirarlo, sin darme cuenta ya estaba llorando.

—Necesito salir, eso es todo—Dije en un susurro, contrabajo y se escuchaba lo que había dicho.

—No, no, no mi cielo, tú eres mía y yo decido cuando lo harás y cuando no— Comentó mientras sostenía mi mejilla un poco fuerte, su voz sonaba con rabia y despecho, él sabía que no lo amaba.

—¡Basta! Déjame ir—Lo empuje fuertemente al terminar de decir algo, que me iba a arrepentir.

Abrí la puerta rápidamente y salí del apartamento, corrí hacía las escaleras, sería demasiado tarde que tomará el elevador.

Podía escuchar desde lejos su voz, gritaba mi nombre como un loco, sabía que iría detrás de mí, así que acelere mi paso.

Corrí tan rápido, sin importarme chocar con las personas, sí en algún momento podían haberme atropellado, tenía que ver a la persona que siempre a estado para mí, a esa persona que podía decir, es mi mejor amiga.

Llegué a su edificio, entre rápidamente, mi corazón palpitaba fuerte en mi pecho, mi boca estaba seca.

Subí las escaleras, hasta llegar al segundo piso y llegar a la puerta con el número doscientos dos.

Toqué el timbre y la puerta dos veces, sentía como sí Maddox estuviera detrás de mí.

Una recién levantada April me abrió la puerta, entré dirigiéndome a la sala de estar y escuché como cerró la puerta, eso me hizo respirar hondo y profundo.

—¿Qué sucede Saraya?, ¿Algo pasó?— Preguntó acercándose a mí, y así sentarse a mí lado.

—¿Quién es?—Preguntó mi otra amiga Alexa, que al verme, y al ver mi rostro, abrió los ojos sorpresiva, que de seguro la hizo levantarse por completo. Se dirigió hacia nosotras.

—Ya no puedo más chicas, Maddox me manipula, soy su juguete sexual, me siento con mucho temor cuando se acerca a mí o me toca, siento como sí todos los días me apuntará en la cabeza con un arma...—Tan sólo empezando a hablar, se había hecho un nudo en la garganta. Comenzando a llorar, de nuevo.

Ambas me abrazaron fuertemente, mis sollozos se escuchaban en todo el departamento.

—Tienes que terminar todo esto Saraya, no es justo que él cuando se le venga la gana pueda tenerte en su cama para complacerse solo, eso es enfermo, esta obsesionado contigo, esto debe parar—Comentó molesta Lexi, mientras me miraba a los ojos, ella tenía razón, todo esto tenía que acabar.

—¿Cuál es la razón por la que sigues ahí Bevis? Humillándote y perdiendo todo el tiempo de tu vida siendo utilizada cuando a Maddox se le apetece—Dijo April con coraje, levantándose del sofá, quedando en frente mío y de Lexi.

—Me tiene amenazada, dice que subirá todos los vídeos sexuales a internet, para que vean la clase de puta que soy—Contesté a ambas preguntas, tapando mí cara con ambas manos, no podía parar de llorar.

—¡Ese hijo de puta!—Comentó elevando la voz Lexi, estaba molesta. Tiró el vaso de agua, rompiéndolo en pedazos. April la tranquilizó e hizo que volviera a sentarse a mi lado.

—Tendremos que denunciarlo por invadir tu privacidad, haremos todo lo posible por que este imbécil vaya a la cárcel y no te moleste, ya es momento que le pongamos fin a todo esto Paige, a pesar de las consecuencias, pero queremos que vivas tranquila—Dijo decidida April, mientras recogía los pedazos de cristales rotos del suelo.

—Mañana cuando Maddox se vaya a la empresa, porque lo citaron temprano, vamos a ir las tres por tus cosas y vivirás con nosotras, puedes dormir conmigo, yo ningún problema con eso amiga—Sonrió Lexi. La abrace dándole a entender lo agradecida que estaba, por estar siempre conmigo, en las buenas y en las malas.

—Ven a unirte al abrazo enana—Dije un poco más tranquila hacía April, quién me miró ofendida, pero con una sonrisa se unió al abrazo.

Me quedé a dormir con ellas. Al día siguiente nuestro plan salió como lo esperábamos, Maddox no se encontraba en el apartamento, tomé todas mis cosas y las guarde en las dos grandes maletas que me habían obsequiado mis padres.

Sin dejar olvidado algo, nos dirigimos al elevador, al cerrarse las puertas vimos a Maddox pasar dirigiéndose al apartamento.

Las tres nos asustamos, ya que en cualquier momento saldría en mi busca.

Mi celular no tardó en sonar, dando el nombre de Brad iluminando mi pantalla, lo coloque en silencio rápidamente, así no se daría cuenta que estábamos aquí aún.

Salimos corriendo fuera del edificio, yendo rumbo al auto de April, ya que ella es mayor, colocamos las maletas en el asiento de atrás, junto con Lexi dentro.

Al estar todas adentro del coche, suspiramos de alivio, y April condujo hacía su departamento.

Era un nuevo comienzo, a pesar de todo, y de las críticas, estaré mejor. Sí todo llega a salir a la luz, tendré que vivir con eso durante toda mi vida. Y era mi consecuencia por estar en una relación conflictiva.

One Shots || WWE #2Where stories live. Discover now