¡La segunda parte de los One Shots está aquí!
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La primera parte se encuentra en la cuenta @19thNB.
#1 en #AdamCole 22•12•19.
Ya llegaba tarde. Se había dormido, no podía permitírselo. Estaba segura de que la iban a despedir.
Y es que, aunque ______ era eficiente, llegaba tarde la mayoría de las veces. Se subió al autobús. Miraba las paradas, ansiosa. "¿No puede ir más rápido?" pensaba ______.
Dos paradas antes de la que le tocaba, subió un chico de pelo rubio. Se le hizo bastante atractivo. Llevaba un MP4 con la música bastante alta.
Se sentó en frente de ______. Ella, para disimular el impacto que le produjo, sacó un papelito de su bolsa y hacía como que lo leía. Pero no podía evitar voltear a ver a aquel chico misterioso.
______ había escogido mal al vestirse ese día, pensó en cuanto vio como la miraba el chico. Empezó por los tacones, subiendo por sus largas piernas, hasta llegar al final de la falda.
Siguió subiendo la mirada por sus caderas, la cintura, los pechos (se detuvo en más tiempo en esta parte), su cuello y finalmente su cara.
Los ojos color café de ______ se encontraron con los cafés del chico. Fue una milésima de segunda, ya que ______ apartó la vista lo antes posible.
Se dio cuenta de que la siguiente parada sería la suya. Se levantó del asiento y desearía no haberlo hecho. El chico la miró con más detenimiento ahora que estaba parada.
Ella, sin tomarle mucho caso, se alejó del chico. Cuando las puertas del autobús se abrieron, ella bajó y miró a ambos lados, acostumbrándose a la brisa primaveral que prometía un soleado día.
______ iba mirando distraídamente los puestos antes de llegar a su trabajo, no sabiendo que el chico misterioso del autobús la estaba siguiendo a no mucha distancia.
Se paró frente a las puertas del establecimiento donde trabajaba: Cafetería: Coffee Break. Preparándose para la reprimenda, respiró hondo y entró. Efectivamente, su jefa le echó una tremenda perorata.
Cuando estaba ya cambiada, salió a atender el mostrador. Todo iba tranquilo hasta que vio entrar a ese chico misterioso del autobús.
Se acercó con un caminar sensual hasta el mostrador. Miró profundamente a ______ y le sonrió.
—Disculpe. Quiero un Caramel Makiato. ¿Me lo puede llevar a la mesa?—dijo señalando una de las tantas mesas que había en el establecimiento.
______ asintió y se dirigió a la cafetera. Procuró tardar lo más posible. Ese chico la atraía y a la vez la asustaba.
Tenía un toque de dulzura en sus ojos, pero las facciones de su cara denotaban que era salvaje como un puma hambriento. ______ se imaginó cómo sería en la cama... Al instante se regañó por tal pensamiento.
Sonaría raro, pero ______ a sus 22 años de edad, no tenía una pareja estable. No era que no había tenido novios, que los había tenido. El problema era que solo se había topado con patanes que solo buscaban una cosa: sexo.
Se acordó del café y colocó la taza en un platito. Se dirigió a la mesa y dejó la bebida sobre ella.
Vio como el chico misterioso (así lo había llamado, ya que no sabía su nombre) miraba sus pechos al agacharse para dejar el café.
"Otro patán" pensó ______ rolando los ojos y dándose la vuelta para volver al mostrador. No pudo hacerlo. Sintió como una mano cogía fuertemente su brazo.
Giró su mirada al chico. Él estaba sonriendo inocentemente. ______ intentó soltarse, pero al ver que a la cuarta vez no pudo, paró.
El chico hizo que ______ se sentara en sus piernas. Ella no pudo evitar sentir el gran bulto que se formaba en los pantalones del chico. ¿Ella había provocado eso?
—Linda, quiero que me atiendas especialmente—ella sintió como el chico comenzaba a besar su cuello.
______ lo habría detenido, por no haber sido que la fragancia del chico, penetró fuertemente en sus fosas nasales y la dejó atontada. No supo cómo pero cogió al chico por los hombros y lo levantó. Se dirigió con él al cuarto de almacenamiento.
¿Esto estaba bien? ¡Qué importaba! Ya no aguantaba más. Tenía deseos por aquel hombre desconocido y no iba a reprimirlos, ya no. Pero un "tick" en su cabeza se encendió y paró.
—¿Qué pasa linda? ¿Por qué paras?
—Pasa que no te conozco...
—¡Oh! Eso. Me llamo Adam Copeland, encantado—y dicho esto volvió a la tarea de besar a una, aún más deseosa ______. Ella se separó lo suficiente como para pronunciar: "Yo soy ______".
Comenzaron a besarse con pasión. Él comenzó a quitarle la ropa a ______, y después fue el turno de ella desnudarle a él.
Cuando estaban totalmente desnudos, Edge la apoyó contra la pared. La miró a los ojos, preguntándole con la mirada "¿Lista?", ella simplemente asintió. Adam entró lentamente en ella y, al llegar al fondo, se sorprendió.
—Eres virgen—dijo notablemente asombrado.
—Sí, ¿ya no quieres...?—dijo un poco decepcionada.
—¡No! Yo quiero seguir. Lo de que seas virgen lo hace todo más interesante y placentero.
Y dicho esto, la penetró lentamente. Saliendo y entrando en ella numerosas veces. Produciendo en ______ gemidos ahogados.
Él estaba disfrutando. Desde que la vio en el autobús, no paró de pensar en ella. Y decidió seguirla. Tardó bastante tiempo en decidirse si entrar o no a esa cafetería.
Pero ahora mismo estaba contento de haber entrado. Después de unas cuantas embestidas, ya un poco más salvajes y rápidas que hicieron gritar a ______, Edge llenó el interior de la chica con su sustancia.
Se quedaron quietos un rato respirando entrecortadamente. Todo iba bien hasta que sintieron unos golpes en la puerta, la jefa de ______.
—¡Oh no! Me va a matar—dijo susurrando ______. Se movió un poco y sintió el miembro de Adam, aún dentro de ella, moverse. Reprimió un gemido. Cuando oyeron que Rosa, la jefa de ______, se iba musitando que había creído oír gritos en el almacén, se tranquilizaron.
Edge salió definitivamente de ella. ______ aguantó el gemido que batallaba por salir. Se vistieron a toda prisa e hicieron como que nada había pasado.
Adam regresó a su mesa y ______ al mostrador. De repente, ______, ve como Adam se acerca y deja el dinero del café con un papelito. Ella esperó a que Edge se fuera y, entonces, miró el papelito.
"Fue maravilloso. Si quieres repetirlo llama a este número. 193-586-822 ~ Adam C."
Ella guardó el papelito con una boba sonrisa en su rostro... Lo de llegar tarde al trabajo ya no le parecía tan malo en ese momento.
