One Shots || WWE #2

Vince McMahon

Caminaba por los pasillos del lugar, los dueños de está empresa me habían citado a las ocho de la mañana, para firmar el contrato asignado.

Saben que les estoy haciendo un gran favor, porque sino, en unos pocos meses se cancelaria todo y así desaparecería la empresa.

Miré alrededor, el lugar era agradable, podía observar a distintos luchadores en el gimnasio y a las mujeres siendo maquilladas, platicando o practicando en un ring.

Me dirigí a la puerta donde tenía el letrero "McMahon", respire hondo y di unos leves golpes a la puerta, un "adelante" se escuchó desde adentro de la habitación.

Gire la manilla y entré a la oficina. La familia entera me esperaba sentados en un acogedor sillón de tres y en el escritorio estaba el jefe mayor, Vince Mcmahon.

Me miró de pies a cabeza, sintiéndome incómoda y se mordió el labio, tragué saliva nerviosa. Caminé hacía el escritorio y hablé.

—Bueno, quiero ver aquel contrato y leerlo detalladamente, te conozco Mcmahon, sabría que harías alguna mala jugada, así que, decidí mejor hacerlo yo—Saqué de mi maletín una carpeta con un par de hojas, donde se podía ver "Contrato de Bienes" en una letra negrita.

La hija del viejo se paró de su asiento, queriendo desafiarme, se encaró conmigo, le sonreí de manera burlona, su hermano apareció detrás de ella para detenerla y llevarla de vuelta a su lugar, para así antes decirme.

—Eres una perra—Para sentarse de vuelta con los brazos cruzados, su hermano le decía que se controlará, pero ella le respondía secamente.

—Así que, debes firmarlos Vince, porque aquí traigo el dinero, no quiero que me dejes mal, como aquella vez—Él trago saliva, sabía de lo que hablaba, sus hijos lo miraron confundidos.

—Shane, Stephanie, podrían salir, tengo que hacer esto personalmente con la señorita, les hablaré para que vuelvan a pasar—Los llamó y les dijo, no tuvieron otra opción que seguir las instrucciones de su "papi", cerrando la puerta de un portazo.

—En fin, ¿Firmaras eso o no?—Me acerqué al escritorio, jugaba con mis pechos, él no podía dejar de mirarme, seguía mis movimientos, me dirigí hacía él y me senté en sus piernas.

—Sí, lo firmare, deja busco una pluma—Reaccionando, buscó una pluma en su escritorio, y así firmo el contrato, la empresa ahora era de mi propiedad.

—Gracias Vince, esta vez no me fallaste—Besé sus labios de manera descarada, este era el trato, tenía que acostarme con él y la maldita empresa sería mía, y vaya que lo conseguí.

Me tiró al escritorio, subió mi vestido hasta mi cintura, bajo sus pantalones junto con sus boxer de una manera extraña y rápida, hizo a un lado mi ropa interior y entró en mí rápido, de una manera brusca. Cubría mi boca con mis manos, no quería que sus hijos escucharán mis gemidos.

Me acomode mi vestido y arreglé un poco mi cabello, Vince me miraba con una sonrisa coqueta, había quedado satisfecho con lo que hace unos minutos habíamos terminado.

—Quiero volver a repetirlo—Susurró Vince con un hilo de voz, aún le costaba respirar.

—Sabes que eso no será posible, ese era el trato, hablale a tus niños no vaya a ser que piensen mal de mí—Lo miré de manera incrédula, lo último lo dije de una manera sarcástica, sabía que de puta no me bajaban.

Acomodó su corbata y abrió la puerta de golpe, se escuchó su grito desde afuera, Shane y Stephanie entraron, sentándose a mi lado, les di una sonrisa, él chico me la devolvió, ella sólo revoloteo los ojos.