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Pasaron las horas hasta que llegó la noche, todos los de la mansión se prepararon para irse a dormir. Los empleados se retiraron del lugar para ir a sus hogares, Naib y Williams fueron los últimos en irse, dejando la gran puerta de la mansión cerrada con un candado. Luchino estaba en el jardín observando la luna llena, su rostro fue iluminada por ella. A su lado estaba el acróbata, quien cortaba algunos girasoles para dejárselo a la moribunda Mary.

-¿Por qué haces eso? -preguntó confundido, Luchino. Conocía muy bien los malos tratos de esa mujer hacía el rubio, pero él aún seguía siendo amoroso con ella.

El joven rubio, coloco con delicadeza las flores encima de la tumba de la mujer y luego se puso a rezar por unos segundos. Cuando terminó, se levantó para dirigirse hacia el biólogo, quien aún observaba la hermosa luna que tanto lo tenía hipnotizado.

-No soy como ella, mi corazón no está podrido y lleno de odio- respondió, se quedó parado al lado del hombre alto. Este, no giro su mirada hasta el menor, seguía perdido en la luna.- Quiero cambiar mi destino, quiero que Dios me dé otra oportunidad para vivir. Ya recibí mi castigo por ser una "perra" ahora es el momento de que el me perdone para poder... Llegar al cielo y descansar, es lo único que anhelo.

-Dios no te odia- hablo, el hombre. Su mirada se bajó hasta los brillantes y redondos ojos de Mike. Soltó un largo suspiro para poder relajar la tristeza que sentía en su corazón, la mirada se transformó a una más melancólica y el color que había en ella, desaparecio. - ¿Como podría odiar a un ángel como tú?

Tras las palabras del biólogo, una dulce sonrisa se dibujo en los rosados labios del menor. Luchino se había convertido de su gran archienemigo a su mejor amigo, ahora tenía la confianza de contarle todas sus melancólicas historias.
Iba contestar a la pregunta, pero un fuerte grito lo interrumpió, era Norton quien llamaba desesperadamente al menor. Eso provocó un escalofrío en el cuerpo de Mike, se puso tenso y su mirada se agacho,mostrando sumisidad ante la grave voz del mayor.

-Tienes que ir -dijo el hombre alto. Se acercó al menor para darle un cálido beso en la frente, ese gesto de amor hizo que Mike se sobresaltada, observó por todos lados como si estuviera buscando algo o alguien.- Tranquilo, Norton sabe que a mi no me gusta los menores.

Acarició un poco el sedoso cabello del rubio, y luego se escondió entre el montón de girasoles. Sus ojos eran los únicos que sobresalían entre la oscuridad, se mantuvo en su lugar hasta que el millonario llegó al lado de Mike.

-Mi pequeño, te estaba buscando por todos lados-menciono el mayor, sus manos recorrieron por las caderas del rubio. Se acercó un poco más y le dio un beso en el mismo lugar que Luchino. - Vamos a dormir abrazados.

-Si, mi amor-contestó el menor con una voz apagada.

Norton le dio otro beso pero está vez en los labios de Mike, fue corto y suave. Después de eso, tomó de la mano al menor para llevarlo hacia dentro del recinto, el joven miró por encima de su hombro para poder ver la reacción del biólogo. Pero,no lo veía entre medio del montón de girasoles, se había ido. Creía que ese hombre era distinto a los demás, pensó que lo defendería del millonario. Se equivoco, Luchino tenía miedo del gran poder que tenía Norton. El era un simple biólogo, ¿que haría contra una persona que tiene a todos a sus pies?, eso era lo que pensaba Mike.
Lo que no sabía era que ese hombre no iba a resistir más, e iba a tomar cartas en el asunto, dejando de lado el plan de Víctor.

-¡Ya estoy harto! - refunfuño, Luchino. Está vez, estaba acompañado de Víctor en el gran limonero. Había dejado de espiar a la pareja por la gran furia que sentía al ver como Norton lo observaba con esos maldito ojo de pervertido. Le repugno y se retiro para ir directamente a conversar con Víctor, quien lo cito a esa hora para hablar sobre el plan. - Si no liberas a Mike ahora te juro que voy a quemar esta mansión entera con todos dentro y me llevaré a Mike lejos de aquí.

Mr. Mole:La rosa y la bestiaWhere stories live. Discover now