Día 1: Nostalgia

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Esto ocurre en algún momento, luego del arco de Banyue, cuando San Lang se va y Xie Lian empieza a sentir falta de este.

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Xie Lian estuvo ochocientos años deambulando por el mundo con nada más que su mala suerte maldita, la basura que recolectaba y Ruoye enroscado en su brazo... Entonces, ¿Por qué de pronto se siente tan solitario?

Esa mañana en el santuario Puji parece más silenciosa de lo usual. No escucha aves, u otros animalitos, y la mente de Xie Lian juega con él al hacerle imaginar sonidos diversos: el corte de la madera, pasos cuidadosos y familiares, la voz juvenil y ligeramente coqueta que ya puede identificar donde sea...

Xie Lian lleva instantáneamente una mano a su pecho, encontrando y sosteniendo la argolla oscura que mantiene oculta entre las telas, y siente su corazón golpear con fuerza. Su mente se aprovecha de la debilidad e imagina más: la silueta de rojo, joven y guapo, llamándolo gege.

¡Suficiente! Xie Lian necesita ocupar su mente en otra cosa antes de que siga jugando con sus sentimientos.

En la aldea parece que todo va mejor, distrayéndose con chatarras que recoge y cuestiones que para otros son insignificantes... Hasta que se cruza con un grupo de ancianos que, una vez ofrecieron saludos, le preguntan por el muchacho audaz que solía acompañarlo. Xie Lian, con una sonrisa suave y levemente inquieto por dentro, solo lo excusa con asuntos personales que este atiende.

Cuando los mayores se retiran, luego de expresar su deseo de volver a ver al muchacho de rojo, Xie Lian suspira... Su mente y corazón coinciden: ¡Yo también!

Esta vez, Xie Lian reacciona dándose un golpecito en el pecho.

Ha sido un tiempo muy largo desde que Xie Lian sintió falta de alguien, en ese entonces todavía era un príncipe ingenuo y lleno de atenciones. Y todo ese sentimiento lo hace sentir ligero, también hay una calidez que le hace cosquillas en el pecho provocándole una pequeña sonrisa nostálgica...

Si, extraña mucho a San Lang.

El tiempo compartido es poco, pero San Lang es una persona que se hace querer fácilmente. Es atento, inteligente, sincero y muy bueno escuchando, sabiendo qué decir y en qué momento. Xie Lian ha disfrutado un montón de su compañía, contento de tener con quien conversar y compartir, y ahora que está solo... Anhela su presencia llamativa, sus gestos confiados, su sabiduría admirable y su encanto único.

Xie Lian suspira una vez más, ya derrotado al no serle posible negar lo obvio, y la sonrisa en su rostro cambia a una delgada línea, un gesto más melancólico...

¿Desde cuándo se siente de esa forma con respecto al joven y despreocupado San Lang? No entiende qué le está pasando tan de repente.

Y halla consuelo en el anillo alrededor de su cuello, sujetándolo con fuerza una vez más, y pensamientos positivos llegan. San Lang volverá cuando deba hacerlo y, mientras tanto, seguirá cuidando y atesorando esa pieza que dejó atrás como promesa de su próximo encuentro.

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Xie Lian Week 2020Where stories live. Discover now