Día 7: Libre

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¡Finalmente! La última historia para este pequeñito proyecto. 

Lamento mucho la demora, pero ya está, con esto acaba esta semana que duró mucho más de lo normal. 

Para este día libre tuve varias ideas y al final me incliné por experimentar con uno de mis conceptos favoritos del grupo que más amo en el mundo (les dejaré el enlace del MV para mayor referencia). Quise que fuera muy sencillito, siguiendo el estilo del resto de las historias, pero a la vez manejar una trama un poco más... especial. 

Sin más, por ahora, ¡A la historia!

Xie Lian es un repartidor de pizzas en un suburbio cercano a la playa, Hua Cheng un muchacho atractivo que deambula como un vagabundo... ¿Qué puede resultar de esta combinación pintoresca?

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Xie Lian baja la velocidad hasta detenerse por completo. Apaga la motoneta y baja los pies, su mirada permanece clavada en el cielo tan negro y peligroso que atrapó su atención y extrañeza mientras regresaba de una entrega.

La mañana no fue precisamente soleada, pero tampoco había indicios de un clima tan oscuro. Rápidamente se fija en su alrededor, como lo supone está solo en esa zona, y vuelve la mirada al cielo...

Se pregunta casualmente si todo señala a mucho más que una gran tormenta.

-Ellos ya vienen.-

Una voz a su lado lo toma por sorpresa y se gira encontrando ahí a cierto muchacho que suele deambular por los suburbios y vestirse de rojo. San Lang, como solo él lo llama por alguna razón que aún no conoce, ahora se fija en él, su expresión atractiva mostrando una sonrisita, un gesto que aparentemente Xie Lian es el único afortunado de ver.

No tiene que preguntar a lo que se refiere el más joven, pues conoce bien su afición hacia los seres de otros mundos. Xie Lian no cree en los alienígenas, de hecho, no cree en muchas cosas, pero respeta toda clase de creencias, principalmente si es la de una persona tan especial para él como San Lang.

San Lang es un muchacho misterioso, pero de gran corazón. A Xie Lian realmente no le importa quién es o qué tiene, sino la clase de persona amable y buena que le ofreció su compañía y amistad cuando nadie más lo había hecho durante tantos años. No lo dice abiertamente, avergonzado por ser tan sentimental al respecto, pero está inmensamente agradecido por haberlo conocido... ¡Nunca había tenido tanta suerte en su vida!

Se conocieron en una tarde muy opuesta a esa. El atardecer estaba en todo su apogeo y los arboles dejaban caer sus hojas ya anaranjadas que poco a poco seguían amontonándose en el suelo. Xie Lian acababa de mudarse, muy positivo con respecto a la nueva vida que estaba comenzando, cuando se cruzó con un muchacho bastante atractivo y particular. Estaba echado en un banquillo ya oxidado con un periódico cubriéndole el rostro y, lo que llamó su atención, había un cartón muy mal cortado con algunas palabras que Xie Lian no logró descifrar. Y su curiosidad fue tal que no le dio vergüenza preguntarle al desconocido sobre lo que estaba escrito y este, dejándose ver al quitarse el papel de la cara, le sonrió murmurándole con una voz profunda que sacudió a Xie Lian: ellos ya vienen.

Y cuando Xie Lian supo a lo que se refería, escuchando sus explicaciones coherentes a pesar de ser un tema tan absurdo, no supo si reír o llorar.

-Si gege no está ocupado, ¿Acompañaría a este San Lang a un lugar?-

Xie Lian no lo piensa mucho, pues ha sido un día bastante flojo (solo ha dado una entrega, y fue para ese mismo chico adicto a los vídeos juegos que aparentemente no comía nada más que pizzas) y asiente, no pasa nada si se toma un momento del trabajo que ni siquiera tiene. Y así, ambos se ponen en marcha.

El clima parece empeorar, pero Xie Lian ya no le presta atención al sumergirse en una charla amena con su nuevo acompañante. La gente dice seguido que ese muchacho vago está loco, que realmente fue abandonado por su familia debido a su extraña esquizofrenia, pero Xie Lian no solo no pierde el tiempo escuchando chismes sino que, al conocer a San Lang, está seguro que es más cuerdo que cualquiera. San Lang es muy inteligente, sabe muchísimo más de lo que Xie Lian puede imaginar, y bastante agradable aunque pareciera que esa actitud está apartada solo para Xie Lian, haciéndolo sentir especial y querido.

No caminan por mucho tiempo, llegan a la playa y, una vez Xie Lian deja su motoneta en un buen lugar, se descalzan para andar sobre la arena. Xie Lian está intrigado al respecto, emocionado con lo que San Lang le mostrará, pero no hace preguntas al confiar ciegamente en este.

Es raro, en el pasado Xie Lian recibió mucho daño de la gente, pero no le costó para nada desarrollar una fuerte confianza con San Lang, para él se convirtió en algo natural. Y no indaga en pensamientos innecesarios, menos en sucesos del pasado, más ocupado disfrutando de cada instante con tal cálida compañía.

No hay nadie más en la playa, el clima corrió a los pocos que allí disfrutaban del verano, haciendo más agradable su andaba. Juegan en la arena, dejándose llevar por las travesuras de San Lang, y por un momento parece que se han olvidado del objetivo inicial... Hasta que llegan a la orilla, donde las olas golpean con fuerza a pesar de ser pequeñas.

-¿San Lang?-

Luego de permanecer en silencio durante unos momentos, las risas de sus juegos dejadas atrás, Xie Lian se dirige hacia su acompañante ante su silencio. San Lang se fija en él, hay una alegría en su rostro que Xie Lian no le había visto antes.

-Estoy feliz de que gege esté aquí hoy...- y confiesa con un gesto suave, casi tierno, sacudiendo el corazón de Xie Lian.

Xie Lian está feliz también, quiere agradecerle por siempre tomarlo en cuenta, pero los latidos de su corazón alterado lo distraen; hay cosquillas en su estómago, una opresión para nada incómoda en su pecho y calor en su rostro... ¿Cuándo comenzó a sentirse así debido a San Lang?

Sin embargo, Xie Lian no puede seguir divagando en sus pensamientos confusos cuando una frisa feroz los golpea. Entonces, San Lang toma su mano, suave y firme a la vez, y Xie Lian habría hecho corto circuito de no ser por lo que ve ahora en el cielo grisáceo...

Hay luces, un montón de puntitos plateados que resaltan por el manto oscuro, que se multiplican con cada segundo transcurrido. Xie Lian permanece estático, apretando la mano que lo sostiene, y cuando logra fijarse en San Lang, las palabras atrapadas en su garganta, nota como este lo mira con una expresión de inmensa satisfacción. San Lang separa los labios y le dice:

-Ellos ya están aquí.-

Oh, ¿Ahora quién es el que está loco?

.

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Notas Finales: Nada mejor que un nuevo comienzo para un final, ¿No les parece? 

Hace poco este MV cumplió 6 añitos desde su lanzamiento y, al revivir esos momentos, pensé que Hua Cheng encajaba muchísimo con Flower Vagabond y, al indagar más, relacioné a Xie Lian con Pizza Delivery... Al menos para mi, ¡Quedó perfecto! no quise ir muy lejos con la historia así que la saqué lo más simple que pude ¡Espero les haya gustado!

Bueno... ¡Estoy muy feliz de estar finalizando esto! se supone que era un reto de una semana, pero debido a mis ocupaciones me fue difícil lograrlo. Eso si, no iba a rendirme hasta completar estos 7 días.

¡Gracias inmensas a todos! por leer, por votar, por sus comentarios tan lindos, por el apoyo, por su tiempo... Leerlos siempre me saca una sonrisa, no importa que tan duro la esté pasando, y no saben cuánto se los agradezco. 

Espero seguir leyendolos en mis pequeñas historias en el futuro, ¡Gracias por amar y apoyar al Hualian!


Xie Lian Week 2020Where stories live. Discover now