What

1.1K 108 82
                                    

Theo se movió, con el tobillo pegado incómodamente a la puerta del coche mientras escuchaba el aparentemente interminable, rugido de la lluvia en el techo. Había unas cuantas cosas que Theo odiaba de vivir en su coche, el ruido de éste era casi lo primero de la lista. Claro, cuando él estaba con los temibles doctores nunca había sido muy confortable, pero al menos era tranquilo, el zumbido de la electricidad, el chasquido de las engranajes y el golpeteo de un bastón en el suelo eran todo lo que Theo oía, a menos que estuvieran trabajando, entonces habrían gritos, pero Theo se había vuelto bueno en bloquearlos y las paredes siempre parecían hacer un buen trabajo para silenciarlos de todos modos.

El metal delgado de la camioneta y las ventanas que se sacudían por el viento demasiado fuerte no hacían absolutamente nada para amortiguar los sonidos. Theo podía ignorar la mayoría de los sonidos con suficiente práctica, pero la lluvia... No llovía muy a menudo en Beacon Hills, pero cuando llovía, los cielos se abrían y los relámpagos se dispersaban por el cielo como si la cazada salvaje estuviera de vuelta en la ciudad. El golpeteo de la lluvia era un rugido constante contra el coche y el trueno dejaba a Theo seguro de que podía sentir el coche tambaleándose debajo de él por la pura fuerza del sonido.

Theo cogió su teléfono, lo agarro con una fuerza pasivo-agresiva. La luz brillante le quemo los ojos, la hora quemaba en su retina antes de que se diera la vuelta, parpadeando con puntos de luz en su mirada y empujando el teléfono entre los asientos antes de que pudiera intentar cegarlo de nuevo. 

Medianoche.

Dejó que un pequeño gemido se desgarrara a través de su garganta mientras su vejiga le insistía para que fuera a aliviarla como si no fuera consciente del hecho de que probablemente tendría que salir nadando de su coche.

Había una posibilidad de que estuviera siendo demasiado dramático, pero Theo no podía recordar la última vez que había dormido una noche sin interrupciones.

Aún así, la constante lluvia no ayudó en nada a su situación. Theo se sentó con un pequeño gruñido, quitándose la fina manta de encima. Abrió la puerta y bajó del coche.

La lluvia lo empapó en instantes, la delgada sudadera con capucha le rodeaba los hombros sin hacer nada para protegerlo. Sus pies dieron golpecitos en el suelo, hundiéndose en el barro y quemándose contra la fría agua en un desagradable, y demasiado tarde, recordatorio de que no se había puesto los zapatos. Theo miró con tristeza a la camioneta considerando, por un momento, volver a arrastrarse y acurrucarse bajo de la manta, maldita sea.

Si no hubiera estado ya empapado, podría haberlo hecho. En lugar de eso, se puso la camiseta apretada a su alrededor y siguió adelante. El barro se deslizaba a lo largo de las esferas de sus pies y a lo largo de los dedos haciéndole una mueca.

Había muchas cosas en la vida en su coche que Theo sabía que estaban lejos de ser glamorosas, pero tuvo que admitir que orinar en la reserva de Beacon Hills a medianoche, descalzo, empapado y mirando al cielo con los ojos entrecerrados contemplando el uso del aguacero como una ducha improvisada, porque claramente no sería capaz de dormir por el ruido, fue un punto bajo, incluso para él.

El temblaba como un perro tratando de quitarse el pelo mojado de los ojos, preguntándose por enésima vez por qué seguía vagueando en Beacon Hills. Un pueblo en el que casi deseaba que algo se estropeara de nuevo, aunque sólo fuera porque significaba que tendría unos días luchando por su vida y fingiendo que la manada podría aceptarlo si ayudaba lo suficiente.

Y no lo harían, si no lo hicieron después de la cazada salvaje, los cazadores y el Anuk-ite, Theo dudo seriamente que algo pudiera pasar por la ciudad capaz de convencer a la manada de que no estaba para matarlos. Claro, ha recibido mensajes de Liam de vez en cuando. La mayoría de ellos fueron seguidos por 'lo siento, número equivocado'. Y aunque Theo estaba seguro de que ni siquiera Liam era tan tonto como para enviarle 15 mensajes en un mes con textos que en realidad eran destinados a Mason, no estaba seguro de qué hacer con la información de que Liam le enviaba mensajes equivocados a propósito. 

Look who's talking • [versión en español]Where stories live. Discover now