Parenting 101

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—Esto no es comida.– Olivia dijo, mirando por la ventana.

—No, no lo es.– Theo accedió a girar para mirarla. —Pero tenemos que conseguirte ropa nueva antes de que alguien llame al Servicio de Protección de Menores.– En realidad, ropa vieja. No iba a pagar 50 dólares por una blusa. Las tiendas de segunda mano tendrían que servir.

—Espera, ¿vamos a comprar ropa?– preguntó, sonando demasiado escandalizada.

—Sí.

—No quiero.– Olivia dijo.

—No me importa.– Theo respondió sin rodeos. —Sal del coche.– Siguió su propio consejo, se balanceó y se dirigió al lado de Max.

—¡Pero es aburrido!– Se quejó. Theo se agachó, empezando a desenganchar la silla de Max del asiento del coche.

—Luces como si fueras un sin techo.

—Estoy viviendo en tu coche. Soy un sin techo.– Olivia se burló.

—Bueno, ¿de quién es la culpa? Ahora sal del maldito...

—¡No quiero ropa nueva!

—Y yo no quiero gastar mi dinero en cosas que no puedo usar pero a veces tienes que aguantar y hacer lo que no quieres. Así que vamos.

—No.–Dijo, su cara se puso roja.

—Olivia.–Theo gruñó. —Si quieres seguir viviendo en la camioneta, entonces te vas a callar y vendrás a que te compre algo de ropa.

—Yo...– Sus ojos brillaban con un áspero ámbar, lo que hizo que a Theo rodando los suyos.

Si la mocosa tenía un berrinche y destrozaba su coche, la mataría.

—Puedes elegir. Cualquier estilo que quieras. Si quieres pasear por ahí con un traje de hombre araña, genial, hazlo, pero sólo entra en la tienda y elige algo.– Theo la calmó.

—Sigue siendo aburrido.

—Mucho de la vida es aburrido.

—Eso no hace que quiera comprar ropa.

—Está bien, entonces voy a ir a elegir algunas cosas para ti. ¿Qué te parecen los adornos rosas?

—Theo, no.

—Vamos, Max...– Dijo Theo, recogiendo el cargador de bebé. —Vamos a buscarte algo de ropa. Crees que le gustarán los adornos rosas, ¿no?– Max balbuceó felizmente.

—¡No quiero adornos!– Olivia gritó.

—Demasiado tarde.

—Vale. Ya voy.

—Acabo de decir que es demasiado tarde.

—¡THEO!

—Está bien. Vámonos.

—Vamos a conseguir comida después, ¿verdad?

—Sí.– Theo dijo, empujando a la puerta de la tienda, Olivia pasó por delante de él para entrar primero. Sus ojos pasaron por encima de las pilas de ropa.

—¿Y puedo conseguir lo que quiera?– preguntó, yendo hacia la ropa de niños como un perro de caza tras un rastro.

—Puedes conseguir un par de cosas. Suficiente para que tengas ropa para usar cuando lavemos todo lo demás.– Theo corrigió, corriendo tras ella.

No pasó mucho tiempo antes de que Olivia tuviera un conjunto de ropa que le gustara y estuviera lista para elegir su segundo (y último) conjunto. Con eso, la ropa en la que había llegado y la parte de arriba, Theo empezaba a pensar que le había robado oficialmente, estaba seguro de que tenía lo suficiente con lo que la tenía hasta que alguien apareciera para recogerla. 33:

Look who's talking • [versión en español]Where stories live. Discover now