Oscuridad

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Después de tomar un par de copas, Roger quedó completamente ebrio, los únicos que todavía estaban conscientes de lo que pasaba eran Brian, Freddie y John.

   —¿Que hacemos con él?—preguntó John, mirando a su compañero que estaba recostado sobre la mesa.

   —No sé, ya sabes que no podemos regresar a casa; vinimos en autobús.

   Freddie, al escuchar eso, alzó su mano y comenzó a hablar.

   —Quédense. Tengo dos habitaciones libres —comentó Freddie.

   Brian y John se miraron, pero al aceptar que no tenían otra opción, accedieron a dormir esa noche en casa de Freddie.

   —Bien, supongo que por esta noche está bien.

   —Perfecto, pues... Acompáñenme —Freddie subió las escaleras y caminó por un largo pasillo con puertas que llevaban a los baños, habitaciones o algunos closets.

   —Ya llegamos, son estás de aquí —al abrir la puerta había una habitación pequeña con una cama pequeña y una habitación grande con una cama grande.

   —Bueno, en realidad a veces mis gatos suben aquí a dormir, así que asegúrense de sacudir las camas antes de... —Brian decidió prestarle más atención a lo que pensaba:

Sólo había dos camas

   —Em... Freddie, sólo son dos.

   —Pues Roger tendrá que dormir con alguno de ustedes —Brian no pudo evitar sonrojarse.

   —¡Yo pediré está! —exclamó John refiriéndose a la habitación más pequeña. Brian sabía que John no quería estar con Roger por su actitud cuando estaba ebrio.

   Ahora estaba más sonrojado que nunca.

   —Mejor dormiré en el sofá —dijo.

   —¿Estás loco? ¿Y donde dormirán mis gatos? —Brian dejó de insistir, ya que sabía que era imposible negociar con Freddie si se trataba de sus gatos.

   —Está bien —aceptó.

   Entonces, con ayuda de John, subieron a Roger que no podía mantenerse de pie por sí mismo. Cuando llegaron a la habitación más grande, lo recostaron en la cama.

   —Bueno, en el closet pueden encontrar alguna pijama —comentó Freddie antes de irse a su propia habitación.

   Ahora Roger y Brian estaban solos. Obviamente no pensaba dormir junto a él, entonces se le ocurrió que dormiría en el suelo formando una pequeña cama con algunas colchas y almohadas.  

   Cuando se acercó a la cama donde descansaba Roger para tomar una almohada, el rubio lo abrazó por el cuello. En ese momento su mente estaba en blanco.

   —Roger, ¿qué haces?

   El menor se separó un poco para mirarlo a la cara.

   —¿Pog qué no duermes conmigo, Brian? —el mayor se separó de inmediato.

   —Puedo dormir en el piso —dijo mientras se alejaba de él.

   —Pego en la cama hay suficiente espacio para los dos.

   —¡No! —exclamó nervioso—. Es decir, no te preocupes por mí.

   Roger lo miró entrecerrando los ojos y sonriendo.

   —¿Que temes que pueda pasar, Brian May? —el corazón de Brian latió más fuerte y deseó que se callara para ya no tener que seguir avergonzándose.

APENAS TE DAS CUENTA  [Maylor] 🥀 terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora