APENAS TE DAS CUENTA [Maylor] 🥀 terminada

Te amaré por siempre

Brian volvió a su habitación.

Y mientras observaba el anillo que le había comparado a Roger empezó a llorar en silencio.

Si él no podía perdonarse a sí mismo no esperaba que Roger lo hiciera, pero esperaba volver a ganarse su confianza si era posible.

Había salido con Chrissie porque no tenía amigas mujeres, y conociendo a Freddie y a John ellos no serían de gran ayuda para lo que pensaba hacer.

Tenía pensado pedirle a Roger matrimonio desde que se mudó a su casa.

Porque la idea de despertar con Roger a su lado y reír cada vez que estaba con él lo entusiasmaba, pero necesitaba la opinión de alguien sensible y comprensivo como pensaba que podía ser Chrissie.

Pero vaya que se mal entendieron las cosas, y él tenía toda la culpa, eso no lo negaba.

Roger entró a la habitación y Brian guardó rápidamente el anillo en su bolsillo para que no lo llegara a ver.

No dijeron nada, ni siquiera se miraron, pero sentía que iba a explotar si no lo hacía.

—Roger —dijo.

Roger guardó silencio.

—Si vuelves a hablar te voy a partir la cara —amenazó el rubio.

Brian suspiró.

¿Cómo reaccionaría si supiera lo que quería hacer? ¿Se enojaría o aceptaría su propuesta de matrimonio? Tal vez era mejor saberlo.

—Roger, dime una cosa: ¿quieres que terminemos?

Vaya, que gran pregunta...

Roger lo miró. Alcanzó a ver la tristeza en su rostro antes de que intentara disimularla.

—Yo nunca dije eso —respondió—. ¿Por qué? ¿Tú sí?

—No, claro que no, sólo parece que estás muy enojado —contestó Brian.

—Lo estoy.

—¿Pero...?

—Pero no al punto de terminar.

—Sólo... ¿estás dejando de amarme? —Brian agachó la cabeza.

Era una pregunta muy cursi que venía de parte de él, y eso lo avergonzaba. Pero a Roger no le parecía cursi, le parecía estupida.

Roger era muy orgulloso, y no quería responder de una manera tan amorosa porque se suponía que estaba enojado, pero tampoco quería ser tan frío.

—Jamás dejaría de amarte, ¿eso está claro, no?

Brian sonrió y se levantó para abrazarlo.

—Oh, Roger, eso es lo más lindo que he escuchado. Tú eres lo más lindo que me ha pasado. No sabes lo horrible que fue esta noche sin ti, te extrañé mucho. ¿Puedes perdóname? Haré lo que me pidas, lo que sea. Mierda, ¿de verdad soy un estupido no? —farfulló Brian.

—¡Ey, nunca dije que ya no estaba enojado contigo! —exclamó Roger.

Brian lo soltó rápidamente.

—Lo siento.

Roger trató de reprimir una risa, pero no pudo.

Se empezó a reír.

—¿Soy lo más lindo que te ha pasado? —dijo Roger con una de sus clásicas y lindas sonrisitas.

—Claro que sí, desde que te conocí lo supe —admitió Brian.