Capítulo 39

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Narrador omnisciente:

Más de siete horas y la pelinegra seguía sin despertar. La preocupación empezó a hacerse más grande entre sus compañeros del hotel y Lucifer temía la posibilidad de un coma.

Por otra parte, Alastor ya estaba en pie con muchos vendajes de heridas sin regenerar. No hace falta decir la bronca que se llevó por parte del rubio. Y no solo de él, el resto del hotel le miraba de malas maneras. Incluso Angel se tenía que controlar las ganas de matarlo.

-Os lo voy a decir sin rodeos. Si Aradia no despierta en las próximas horas, dudo que lo vuelva a hacer.- comentó Lucifer mientras miraba las escaleras esperando que bajara.

-¿Cómo dices?- preguntó el arácnido preocupado.

-Fue mucha la corrupción que cargaba en su interior. Incluso me cuesta creer que la haya controlado por tanto tiempo. Pero, debido a su desencadenante.- miró mal a Alastor-. La soltó toda de golpe. Demasiado poder incluso para un alma como la suya.

-Ella despertara. Estoy seguro de eso.- susurró Alastor.

-Si tú no hubieras hecho esto, ella no estaría en esta situación. Pedazo de imbécil.- gruño el rubio.

Entonces se escucharon pasos muy apresurados. La vieron pasar como un flash frente a ellos, dirigiéndose a la barra. Se apoyo en esta temblando.

-Husk, dame una de las botellas. Por favor.- su voz temblaba de la misma forma que ella.

-Acabas de despertar, no creo que...

-¡Dame la puta botella!- sus manos se empezaron a mover de forma extraña. Sus huesos crujian y sus garras se agrandaban. La recordaba a su situación en vida, pero mucho más fuerte.

No tardo en beber el contenido de la botella. Sus manos seguían temblando igual de rápido.

-No puede... No puede ser.- susurró-. ¡Agh!- se tomó del rostro. Su cara se transformaba poco a poco, cubriéndose de esa oscuridad y provocando que sus colmillos crecieran.

Todos se asustaron al ver como caía de rodillas al suelo. Solo Lucifer reacciono para ir por ella. La tomó de las manos y puso la suya en su frente desprendiendo una luz.

-Tranquila. Mirame, Aradia.- los temblores disminuyeron y la corrupción se retiro de su cuerpo poco a poco. Cuando acabo se apartó de él rápidamente. Observo sus manos para después ver las caras de miedo del resto.

Estaba asustada. Tenía miedo de lo que había provocado. Siempre pudó controlarse gracias a la sangre, pero ahora era incapaz. Ver el horror en sus rostros, recordar lo que estuvo a punto de provocar. No era capaz de luchar contra eso.

Angel se acercó a ella e intentó abrazarla, pero ella solo se alejo.

-No... No te acerques a mi.- volvió a tomarse la cabeza intentando controlarse. Controlar sus nervios y su respiración. No podía admitir que estaba acojonada de si misma. De lo que llevaba guardando por años.

Lucifer alejó al peliblanco tomándole del hombro para volver a ella.

-Aradia. Tengo algo que proponerte. Quiero que vengas conmigo.- la extendió la mano.

-¿Para que?

-Soy el único que puede ayudarte ahora. No seras capaz de pararlo tu sola. Es demasiada la oscuridad que cargas.- ella miró detrás de él viendo al resto preocupados-. No les harás daño, te doy mi palabra. Haré que puedas luchar con ello. Solo pido que te quedes conmigo hasta entonces.

Apenas podía pensar. No tenía alternativas, ya no. Creía que una vez que formara el vinculo con quien más quería nunca ocurriría esto. Con quien más quería.... Alastor.

Todo por ti (Alastor y tu)Where stories live. Discover now