Capítulo 92

2.3K 264 404
                                    

Narra Aradia:

Me niego. Me dijeran lo que me dijeran no iba a permitirlo. Astaroth no iría a ninguna guerra y yo misma me encargaría de ello.

Salí a tomar aire. Lo necesitaba más que nada en estos momentos. La noticia me había llegado de repente e incluso a estas alturas me costaba asimilarlo.

Puede que mi hijo sea fuerte, pero no es una guerra cualquiera. No es como las de por aqui con otros demonios. Hablamos de ángeles experimentados en la lucha contra criaturas infernales como nosotros.

Lo tenía claro. No iría.

Escuché unos pasos caminando hacia mi. Mis orejas se movieron con el ruido de las pisadas. No hacía falta girarme para saber de quienes eran.

-¿Estas más tranquila?

-Digamos que si.-suspiré-. Digas lo que digas no me vas a convencer para que nuestro hijo venga con nosotros.

-Venga ya hermanita.-Lucifer se apoyó en mi-. Si yo dejo participar a Charlotte tú debes dejar al cachorro.

-No me metas en lo tuyo con tu hija. No es lo mismo. -me aparté molesta.

-De todas formas quiero hablar de esto contigo querida.-Alastor se quedó a mi lado empujando a mi hermano-. Yo  confio en la fuerza de nuestro hijo.

-¿Te crees que yo no? -gruñí en respuesta-. Conozco su potencial. Yo también le he entrenado. Pero este tipo de guerra no es para que él participe como un juego.

-Lo que te ocurre es que temes que le ocurra algo.-tomó mi mentón con suavidad elevando mi rostro y dejándome ver su sonrisa-. Y creeme que yo reconozco a los demonios por su fuerza. Hablamos de nuestro hijo, Ari.

-Aun así..... No quiero incluirle en esto. Gabriel ya intentó dañarle una vez. No quiero revivir la experiencia, menos cuando las posibilidades de esta guerra son tan inciertas.

-En eso concuerdo contigo, pero si no le dejas ahora nunca lo harás. Nuestro pequeño también debe crecer y dejar un rastro de sangre tras su paso. No olvides lo que somos.

Me quedé pensativa analizando todas y cada una de sus palabras. Tenía toda la razón en eso. Si pensaramos en la jerarquía, Astaroth era el hijo de dos de los overlords de mayor importancia y sobrino del mismísimo soberano del infierno. Debía crear respeto por el mismo y no por sus antecesores. Y viéndolo de esta manera resultaría bueno para él empezar con una guerra.

-Um.... -mordí la uña de mi pulgar sin dejar de darle vueltas al asunto. Como madre no iba a dejarlo, menos cuando no estaba segura de esto.

-En el fondo es lo mejor. Si no vendrá por su cuenta como la última vez y ninguno queremos eso.

Esas últimas palabras son las que me dieron el empujón final. Puede que tuviera razón, pero eso no significaba que lo hiciera.

-Esta bien. -noté como ambos se alegraban por haberlo conseguido-. Pero, con una condición.

Narra Alastor:

Esto no me gustaba. Nada.

Vi como su sonrisa crecía y eso era señal de peligro. Estaba maquinando algo, o mejor dicho, ya lo había hecho. Y apuesto mi alma a que es algo que no ayudará a nuestro cachorro.

Negué con la cabeza y carraspeé mientras Lucifer observaba la escena.

-¿De qué se trata?

-Si queréis que Astaroth venga con nosotros.... -paró por un momento para aumentar su sonrisa y mirarme fijamente-. Tendrá que pelear contra mi.

Todo por ti (Alastor y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora