Francisco Martínez Zamudio

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Don Francisco Martínez, mejor conocido como "Pancho Martínez" o "Pancho cáritas", ya que se lo describía Cómo una persona morena clara, espigada además tenía la cualidad de ser muy activo.

Defensor de Uriangato, quien peleo en el fortín de la esquina de Ocampo y Galeana, lo acompañaba José Inés Díaz Serrato, José Camarena Guzmán y Luis Ramírez.

Fue el primer fortín que abrió fuego como a la 1:30 p.m., momento después del disparo aislado que mató a Ángel López, comenzó el intercambio de balas. Al principio del combate fueron pausados los disparos, pero poco a poco fueron arreciando, cuando los Defensores se vieron superados tuvieron que abandonar el lugar, esto ocurrió aproximadamente esto ocurre a las 3 de la tarde

En el libro Uriangato a través del tiempo de licenciado Pablo Orozco nos dice que Francisco Martínez el día de la defensa vestía un pantalón café de buena tela, camisa negra Cómo de seda y un sombrero de fieltro color café; pero al llegar al templo después de que los chavistas tomaran el fortín donde se encontraba, aparentaba que esa ropa había sido sacada del carretón de basura ya que el pantalón estaban rotos y con mucho polvo y el sombrero presentaba varios orificios de bala, Se le veía en su cara negra por las diferentes salpicaduras de pólvora, el río comiendo y las cananas sin ningún tiro.

En ese momento Francisco Martínez llegó al templo no sabía el paradero de compañeros pues cada quien corrió cómo pudo. Con la voz muy alterada le exigió a José Rosiles municiones y hombres para formar un avanzado y recuperar el Fortín incluso pedía atacar el cuartel que los asaltantes habían improvisado en El Atorón.

El padre paredes lo vio muy alterado e intentó calmarlo al igual que José Rosiles quien enérgico le hizo ver de la dificultad poder cumplir su petición al no saber con exactitud hasta donde había logrado avanzar los chavistas Pero entre las casas y mucho menos podía retirar hombres de los demás fortines.

Para ese momento ya calmado los ánimos y consiente la situación se tomó un buen trago de aguardiente y José Rosiles Castro le proporciona municiones para seguir combatiendo desde la torre del templo.

Después de la defensa se fue a los Estados Unidos donde trabajó como brasero y cuando volvió, con sus ahorros instaló una tienda de abarrotes a lo que le puse nombre de la "pasadita" ubicada Justo a unos 200 metros del Atorón en la calle ahora Guillermo Prieto.

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