Capítulo 15

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Poco después, las dos llegaron a la cocina.

- ¿Qué quieres comer? preguntó Macarena.

- ¿Qué estás dispuesta a preparar para mí?

- Lo que usted quiera, mi señora - respondió Macarena, inclinándose, Bárbara sonrió, satisfecha.

- Hmm ... quiero un sándwich de queso y jamón, pan integral y un vaso de jugo de naranja.

- ¿Tienes un bolígrafo? preguntó Macarena, fingiendo buscar un papel en su bolsillo.

Bárbara le sacó la lengua.

- ¡Ni siquiera es tanto! ¿Y tu?

- Hmm ... Tocino y huevos estrellados, dorados en mantequilla, hechos con mucho amor y cuidado. Eso fue lo que dijiste ayer, ¿no?

- Qué hice para merecer esto - gruñó Barbara, adelantándose para poner el sartén. - ¿Y para beber?

- Puedo hacer una jarra de jugo para las dos.

- Está bien - respondió Bárbara.

Mientras Barbara tomaba los ingredientes, Macarena se apoyó contra el mostrador y la observó atentamente.

- ¿Que pasa? preguntó Barbara, incómoda.

- Nada.

- Entonces ve a preparar mi desayuno.

Macarena no se movió.

-Ya deja de verme - agregó Barbara.

- No se gastará tu belleza si te veo.

- Sé que soy bonita.

- Yo no dije eso. Dijo que no se iba a gastar tu belleza , que es casi inexistente.

- Tu terquedad a negar lo obvio me asusta.

- Sip.

Barbara tomó una cucharada de mantequilla, pero la mirada de Macarena en ella la ponía incómoda.

- ¿Por qué me ves?

- Quiero verte preparar mi desayuno.

Y había un orgullo en la frase junto con algo infantil, que casi la hizo reír.

- ¿Qué quieres?

-Verte preparar mi desayuno - repitió Macarena. - Con mucho amor y cariño.

- Sin amor ni afecto - respondió Bárbara, poniendo la mantequilla en el sartén.

- No importa. Estás preparando mi desayuno. Y ... Eso es extraño - añadió ella, más para sí misma.

- Y tú, deberías estar preparando el mío.

-Estoy a punto de comenzar - respondió Macarena, mirando a Barbara romper un huevo.

Segundos de silencio ...

- ¿No vas a preguntarme si dormí bien esta noche? - preguntó Barbara.

- Yo sé que sí.

- Hmm?

- Me desperté temprano y te vi durmiendo. Te veías bien.

Barbara se sonrojó un poco mientras freía el otro huevo.

- Ah. ¿Y tu?

- Me desperté un poco confundida - respondió Macarena, mirando a Barbara poner los huevos en el plato. - No se sentía como en casa, pero luego lo recordé.

- Que por órdenes de algunos psicóticos maníacos, ¿estás atrapada aquí conmigo?

- Eso es más o menos - respondió Macarena, mientras Barbara cortaba el tocino con el cuchillo. - Déjame ayudarte - se ofreció, alejándola (estaba suavemente sorprendida) y tomando el cuchillo.

The Experiment | Barbarena TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora