La melodía de mi alma | KatsuDeku |

Three

Katsuki suspiró, ¿Por qué no podía sacar esos mensajes de su cabeza? ¿Por qué había soltado un "te amo" silencioso? ¿Era una amarga despedida? Vamos, si que fue sorpresiva y dolorosa, ¿Por qué despedirte de la persona que amas de una forma tan cruel y frívola? Lo más irritante de la situación era la interrogante: ¿Y si no era él? Furioso, golpeó el suelo con fuerza y apretó los dientes. No, debía ser él, de lo contrario, su corazón no hubiese latido desbocado y feroz. Suspiro, el desesperado deseo de tenerlo frente a él y de contar las constelaciones en sus mejillas, abrasó sus entrañas y las convirtió en cenizas.

— ¡Qué puta mierda! — Gritó — ¿Hace cuánto no nos vemos, maldito bastardo? ¿Y solo vienes para decir un puto "adiós"? — Cerró los ojos y volvió a gritar — ¡Qué se pudra!

Alzó la cabeza, no, el culpable era él, ¿Por ignorarlo? No, por ser un cobarde y no atreverse a decirle la verdad, ¿Qué habría perdido? El miedo al rechazo y su orgullo fueron una piedra vacía en su camino. Negó suavemente, no era momento de dejarse arrastrar por sus errores. Debía pensar lógicamente, ¿Por qué la despedida? Lo único que llegó a su mente fue una idea descabellada y macabra, suicidio. Oscuras imágenes empezaron a asaltarlo, robando sus ilusiones y desgarrando sus músculos.

— Reconociste a Midoriya ¿Cierto? — La voz calmada de Kirishima lo sacó del trance — ¿Qué piensas de los mensajes, Bakugo? ¿Lo enfrentarás o seguirás siendo un cobarde? — Lanzando una mirada hostil y afilada, Katsuki se irguió.

Katsuki apretó mordió su labio con fuerza, ¿Qué iba a hacer? Soltó un gruñido y después de unos segundos, gritó — ¡Maldita sea! ¡¿Por qué mierda me recuerdas que fui un cobarde?! ¡Vete a la mierda, tú y todos estos cabrones! ¡Hasta el idiota de Deku! — Respiró hondo — ¿Qué es lo que sabes?

— Veamos, hace unos meses tuvo su debut como escritor, a Mina le gustó mucho su libro y por su insistencia lo leí y vaya que es bueno. Te pregunto de nuevo, ¿Qué es lo que vas a hacer? — Le interrogó de forma calmada.

Katsuki ardía en furia, ni siquiera tuvo el valor de bajar del escenario, solo se quedó inmóvil. De súbito, una serie de recuerdos lo atravesaron con la velocidad de una flecha. Izuku intentado hablarle "Kacchan, buenos días" Izuku preguntando "Kacchan, ¿Me odias?" Y lo que más le quemaba los huesos era su respuesta, "Muere". Pese a los años, su personalidad seguía siendo una mierda, ¿Qué es lo que le diría?

— ¿Sabes, Katsuki? — Parpadeó, Kirishima volvió a hablar — Llevas años conformándote con simplemente amarlo a distancia, pensado en que él es feliz y sin querer saber de su vida. Eres un idiota violento, no sabes expresar tus sentimientos y tu nivel de paciencia es un asco, pero tienes la oportunidad frente a tus narices y más te vale aprovecharla. Hoy tienen una firma de autógrafos en el centro, ¡Ve! — Kirishima le dio suave un empujón.

¿Por qué mierda le decía que hacer? ¿Por qué? ¿Era lo correcto? Y la pregunta más importante: ¿Podría hacerlo? Con tan solo imaginar aquel rostro sonrojado, sus pulmones se quedaban sin aire, ¿Perdería algo? Izuku ya había dado el primer paso, ahora era su turno — Si no hago esta mierda, me arrepentiré — Balbuceó.

Ignorando la sonrisa victoriosa plantada en el rostro de su amigo, cogió un tapabocas, una gorra y se aseguró de que su rostro no fuese fácil de reconocer. La sudadera y su pantalón deportivo ayudaban. Alejando el pensamiento racional de su mente buscó las llaves de su motocicleta y corrió. A los pocos segundos sonrió y tuvo una realización, ¡Deku lo amaba, a él! Encendió el motor y apretó el acelerador. A medida que avanzaba, los transeúntes parecían pequeñas manchas en un paisaje borroso y efímero. El deseo de querer ver a Izuku, le estaba agujereando el cerebro, ¿Se sorprendería al verlo? ¿Por qué esta mierda lo ponía tan ansioso?

Cuando llegó al centro, buscó la librería más llamativa. Al encontrarla, ajustó su gorra y tapabocas. Justo delante de la fachada, habían pancartas y carteles anunciando la visita y firma de autógrafos de Izuku. Entró, cogió una copia del libro del nerd, la pago y se formó en la fila — Malditos extras, avancen rápido — Murmuró irritado.

Izuku inhaló y exhaló, esta era su última firma de autógrafos y estaba nervioso y desesperado. No quería, en verdad no quería, ¿Qué era desaparecer? Alzó la cabeza. Ver a toda esa gente y ver el brillo de admiración en sus pupilas, lo llenaba de una cruel depresión. Jamás volvería a firmar un libro, a presentarlo y a sonreírle a los lectores, ¿Por qué la vida lo torturaba de esta manera? Sonrió melancólico, estaba a punto de experimentar la última vez de todo, una última comida, una última película y un último amor. Bah se deprimiría después, debía centrar toda su atención en el público.

Al mismo tiempo, Katsuki respiraba hondo, ya casi era su turno. Inhaló y exhaló, era su turno. Frunció el ceño, Bakugo Katsuki era capaz de esto y más. Se puso de cuclillas, retiró su tapabocas y finalmente habló.

— Así que te gusta despedirte de la gente y decirle que la amas sin ninguna explicación, ¿No, maldito nerd? — Con la cabeza ladeada, estudió la reacción del Izuku. Su rostro sonrojado despertó en él una sensación que creía muerta, ternura. El chico era la ternura en persona.

Izuku ahogó un grito, podía sentir cómo las lágrimas le rogaban para que las dejase salir, ¿Por qué? Sin poder decir nada, apartó la mirada. La persona que había amado por años estaba a centímetros de él. Katsuki ignoró el deseo de querer tocarlo, de apretujarlo y de besarlo. Su boca se abrió de nuevo, pero no salió nada. Por un instante, el tiempo se detuvo, solo eran ellos dos en el mundo. De repente, inició la batalla esperada de rubíes contra esmeraldas

— ¿Por qué? — Tartamudeó Izuku. él ya daba por pérdida la guerra por el corazón de Katsuki y ahí estaba, viéndolo con las mejillas sonrosadas.

— ¡Firma está mierda! Escribe, é las cosas de frente" . Me llamabas Kacchan, ¿Cierto? — Katsuki cortó el contacto visual, estaba avergonzado, sentía como si su cuerpo fuese a estallar, ¿Qué mierda? — Toma, llama a este número, no quiero hacer esperar a los extras detrás de mí y tampoco quiero que me reconozcan — Murmuró y le extendió un papel.

Le echó una última ojeada y se marchó. Al cruzar el umbral de la puerta, cubrió su rostro con ambas manos, eso había salido bien. Supo controlarse y evitar ser grosero. Puta vida si el nerd no le llamaba, su esfuerzo sería en vano.

Le restó importancia a la presencia de la gente y sollozó. Izuku no era capaz de detener las gruesas gotas saladas que salían de sus ojos. La sorpresa y alegría lo habían derrotado, acababa de pasar lo imposible y sucedía justo cuando su vida estaba por terminar — No quiero morir, no quiero desaparecer de este mundo. Quiero ver a Kacchan por mucho tiempo, a mamá, a papá y a mis amigos.