De la guerra y el amor

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Teo, Carla y Beatriz se dirigieron pronto al apartamento que habitaba Carla, pues la marquesa se hospedaría con su hija por un tiempo indefinido, lo que no quedaba muy claro era si Teo también se quedaría.

C: "Venga mamá, que te ayudo a que acomodes todo en una de las habitaciones"

B: "¿Pensé que tendrías una empleada?"

C: "Y la tengo mamá, pero no la necesito todo el día, viene tres veces por semana, eso es más que suficiente, paso poco tiempo aquí, la mayor parte del día estoy en la universidad"

T: "Pues ahora tendrá que estar de forma permanente"

C: "Bien, hablaré con ella mañana, por hoy creo que podemos encargarnos de tu clóset" - Dijo Carla rodando los ojos.

T: "Estaré en el balcón haciendo unas llamadas" - Les indicó Teo mientras las dejaba solas, no le apetecía pasar el resto de su tarde acomodando el guardarropa de su esposa y vaciando las numerosas maletas.

Carla rodó los ojos una vez más, y tomó una de las maletas de su madre mientras se dirigía hacia una de las habitaciones, una habitación que no era la de su padre, pues sabía perfectamente que no estaban pasando por su mejor momento, eran cordiales y educados entre ellos y hablaban solamente lo estrictamente necesario pero esos pocos momentos cariñosos que solían tener entre ellos habían desaparecido.

C: "Es diferente a la de papá, aunque si prefieres tomar la mía no tendría inconveniente, podemos después mudar mis cosas para acá y tú tomas la principal"

B: "Esta está bien cariño, no te preocupes" - dijo sin mencionar nada sobre el comentario que Carla hizo sobre la habitación que era separada a la de su esposo.

C: "¿Sabes si papá se quedará más tiempo?" - Consultó Carla de golpe, no le gustaba andarse con rodeos, quería todas las cartas sobre la mesa, de cierto modo, sus padres habían "invadido" su espacio, así que pensaba que tenía todo el derecho de saber cómo funcionarían las cosas de ahora en adelante.

B: "No lo sé Carla, le pregunté si necesitaba que empacara algo para él y se negó" - Carla decidió dejar el tema pues era evidente que a su madre le incomodaba cualquier tema que la involucrara con Teo, además parecía ajena a las decisiones de él, no tenía ni idea de lo que Teo planeaba.

Siguieron por un par de horas sacando y acomodando todo lo que Beatríz había llevado consigo a Londres, mientras Teo seguía en llamada tras llamada en el balcón, Carla en lo único que pensaba era en cómo iba a encontrar un momento para poder no solo, enviarle un mensaje a Samuel, sino hablar con él sin que sus padres lo notaran.