2

1K 111 1
                                    

-Eso no tiene sentido Evangeline- se defendió el pelinegro, sin embargo, no podía ocultar la sorpresa interminable que apoderaba su rostro al ver a la niña pelirroja frente a él. Creía indiscutiblemente que era un sueño, que aquello que había pasado en la cámara de los secretos era algo con lo que no se volvería a enfrentar. Sin duda alguna estaba equivocado.

-Creí haber escuchado a Tom prohibirte decir mi nombre Potter- replicó furiosa. La boca del chico de gafas redondas chasqueo y frunció el ceño.

Voldemort no le asustaba a diferencia de las demás personas que se abstenían a decir siquiera su nombre, es más, el solo hecho de recordarlo ya meritaba el mismo sufrimiento de un imperdonable. A decir verdad, muchas veces el Gryffindor se preguntaba si estaba mal no temerle como aquellas personas "normales" después de todo era sin duda la persona más apropiada para preocuparse por sí mismo por el hecho de que Voldemort (el mago que deseaba verlo muerto) quiere regresar y no solo eso; el pelinegro lo vio cara a cara. Se enfrento a su esencia, a su ira y a su sed de venganza; muy en el fondo aquellos ojos verdes querían convencerse de que no era posible, pero Dumbledore jamás le dijo lo contrario.

-Voldemort desapareció, él se ha ido- susurró para que la niña solo pudiera escucharlo. Si algún otro mago llegase a saber que el más tenebroso hechicero de todos los tiempos estaba intentando regresar puede que el pánico se desate o bien, lo llamen mentiroso. Sin embargo, fue una muy mala decisión nombrar al querido hermano de la pelirroja, sobre todo acompañado de tan ofensiva afirmación pues no había nada en ese mundo que ella deseara más que tener a su hermano de vuelta.

-Tom regresara Potter, tenlo por seguro; él lo prometió y escucha bien lo que voy a decirte- amenazo con cada palabra envenenada que salía de sus labios- él siempre cumple sus promesas, cueste lo que cueste-

-¿que es Voldemort de ti para defenderlo así?-

Esa pregunta lo atormentaba. Ella era pequeña, inocente y sobre todo indefensa o eso era lo que el de gafas redondas pensó cuando la vio por primera vez. También se sentía culpable por haberla hecho sufrir tanto como aquella noche, Evangeline tenía su edad y la había lastimado sin flaquear sabiendo que aquel sufrimiento era el mismo que le estaba proporcionando al recuerdo de Tom Riddle pero ¿por qué? ¿Por qué Voldemort se aferró tanto a sacarla de ese espejo? ¿por qué la niña esta tan confiada en él?.

-Eso no te interesa- bufo cambiando su actitud a una más dominante. Se miraron unos segundos cruzando ojos de serpiente con ojos de león.

Había muchas preguntas en torno a la niña que estaba frente a él; quería saber de dónde venía, quienes eran sus padres, porque estaba en el espejo, por que hablaba parsel, como es que sabía magia tan poderosa y sobre todo cuál era su identidad real. A pesar de tener muy en claro las preguntas que merodeaban en su cabeza solo una pudo ser capaz de concretarse fuera de sus pensamientos.

-¿Dumbledore sabe de esto?-no era la mejor pregunta para el ambiente que el mismo había formado pero era mejor que verla irse sin más. Era tan arrogante y poco preocupada que le costó trabajo aceptar el gesto desinteresado que la de ojos claros le brindaba con facilidad- ¿sabe que estas en Hogwarts?-

-me importa poco lo que Dumbledore piense Potter-

Y así fue como miro su largo cabello pelirrojo frente a él alejadose mientras se movía de un lado a otro en conjunto de sus pasos. Evangeline lo mantenía inquieto, estaba seguro de que aquella noche no solamente lo ayudo por que ayudar a Ginny fuera su propósito sino más bien buscaba llegar a Voldemort. No sabía de donde saco esa idea pero también aseguraba para sí mismo que esa chica pecosa no era mala, el rencor que el mismo creo esa noche era el motivo de su crueldad y frialdad en cada enunciado de esos labios rosados; no podía permitir que Ginny muriera y que Voldemort regresara después, de todo el precio era una niña de su edad que quería salir del espejo...pensándolo de esa manera se sintió más culpable, giro buscando a sus amigos en un intento de calmar sus pensamientos pero nada resulto pues conforme más pasaba el tiempo, aunque fueran segundos, más preguntas de formulaba y eso no era lo peor, lo peor indiscutiblemente era que ahora no solo carga con el enojo de una niña o con la constante búsqueda de algo inexistente sino que también debe cuidarse la espalada ya que, como los dos años anteriores, querían matarlo.

La Maldición Riddle [El Dueño Del Espejo #2] (DRACO MALFOY) - AUTORA ORIGINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora