13. Píchamelo, porfa

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Jimin no quería saber más de lo poco que ya sabía sobre las relaciones de Yoongi con sus compañeros de liceo, pero de todas formas tuvo que calarse toda la explicación de parte de Jungkook.

Por el lado de Taehyung, la explicación había estado de más. Yoongi le había comentado sobre como la última vez que lo fue a buscar, todos le veían pinta de malandro (razonable) y como fue un chamito de su salón que le aviso que Jimin estaba metido en un peo.

Sobre Jungkook, Jimin tampoco estaba sorprendido. Al final, Yoongi, era un ex alumno de Santa ARMY. Jungkook le dijo que habían sido amigos desde que él entró en primer año y Yoongi estaba en tercero, hasta que Yoongi había decidido dejar el liceo. En palabras de Jungkook, Yoongi le había enseñado todo lo que sabía.

Jimin había escuchado toda la historia sin decir nada. Yoongi y Jungkook separados ya le causaban suficiente dolor de cabeza a Jimin. Que fueran amigos, parecía ser el universo confirmándole que Dios los cría y ellos se juntan.

Aun así, Jungkook tenía más cosas que decirle. Más cosas que atentaban la paz de Jimin.

—La cosa es que —dijo Jungkook—, Taehyung no tiene de que preocuparse que tú y yo vamos a picharle a Yoongi.

—¿Nosotros qué? —dijo Jimin. No había sorpresa en su voz. Solo cansancio y unas profundas ganas de borrarse de la conversación.

—Lo que oyes —confirmó Jungkook, con peligroso convencimiento.

Jimin dirigió su mirada a Taehyung, en busca de una mínima señal de que le estaban jugando una broma.

Lo único que consiguió fue los ojos de cachorro ilusionado de Taehyung, antes de decirle:

—Píchamelo, porfa —pidió Taehyung, con mirada de cachorro abandonado.

Que dios le diera paciencia.

***

—Yoongi no le conviene —dijo Jimin.

Lo dijo una vez, y luego lo repitió de tantas formas diferentes que Jungkook sintió el impulso de meterle un coñazo.

—¿Jimin, chamo, porque tienes que ser así? ¿Cuál es esa falta de esperanza en el amor? ¿No viste Floricienta de chiquito o cómo?

Hablaba tan mal de Yoongi, que cualquiera pensaría que era su peor enemigo. Jungkook lo pensaría si no lo conociera. Pero Jimin solo estaba siendo dramático. Yoongi era flojo y vago, pero no era un mal carajo, un malandro o un posible mal novio.

Para suerte de Taehyung, mientras Jungkook estuviera de guardia, ningún amor iba a morir en un mar de fantasías.

O puesto en otras palabras, estaba súper aburrido desde que Yugyeom le dejo el pelero.

Razones más o menos, lo importante es que Jungkook estaba allí. Para apoyar el amor. Apoyar el amor, la sinvergüenza, la putería, el alcoholismo, la maricoteca, el lesbianismo, la rumba, el desastre, la demencia, y cualquier cosa que no fuera aburrida.

—Sigo sin creer que estás trayendo a Taehyung a este lugar —dijo Jimin, quién iba con ellos, pero a la vez no. Habían tomado el mismo autobús, el mismo metro, caminado uno detrás de los otros, pero él decía que no iba con ellos.

Al parecer había cambiado de opinión porque les estaba dirigiendo la palabra.

—¿Este lugar? —respondió Jungkook—. Hablas como si no vivieras aquí.

—Bueno, yo sí. No tengo peo. Pero Taehyung es muy...

Jungkook giró hacia Taehyung, que se había quedado un poco atrás. Por alguna razón Jungkook se recordó a la película de Una Chihuahua de Beverly Hills, cuando Chloe se perdió en México con Papi.

—¿Perro de quinta? —dijo Jungkook, repitiendo el apodo dado por Yoongi.

Jimin asintió y siguió su paso por las escaleras. Jungkook no estaba tan loco como para no darle la razón de que Taehyung estaba un poco fuera de su zona, pero tampoco es que lo había enviado ahí solo. Estaba con él. Estarían un rato por allí, con Yoongi, y Taehyung estaría en su casa antes de las 7.

—Jimin, relaja las nalgas vale. Ni que lo estuviera secuestrando.

—¿Exactamente a dónde vamos? —interrumpió Taehyung, jadeando. Sus mejillas se habían pintado de rojo. Su pregunta era más bien una forma indirecta de preguntar cuántas escaleras le faltaban.

—Eso es aquí mismito —mintió Jungkook—. Sigue subiendo

***

El aquí mismito de Jungkook en definitiva difería del de Taehyung.

Taehyung no se sentía así de engañado desde que fue al Ávila con Sana y ella empezó a decirle que "faltaba poco" cuando no iban ni por la mitad.

¿Cómo había gente que subía eso todos los días? Taehyung subía las escaleras del metro y ya sentía que le iba a dar un ataque de asma.

Pero cuando al fin llegó, el cansancio de Taehyung se esfumó. O al menos, una cosa diferente empezó a quitarle el aire.

—UNO, COÑO DE TU MADRE —gritó Yoongi, lanzando la gorra sobre las cartas. Estaba vestido con una franelilla blanca y un short rojo—. BAJATE DE LA MULA Y DAME MIS RIALES.

—Cuando no tú jugando, malvado vicioso —dijo Jungkook, a modo de saludo.

En ese momento, Yoongi giro hacia los dos chicos recién llegados. Tal vez Taehyung estaba imaginando cosas, pero le pareció ver como Yoongi pasaba de Jungkook y se quedaba viéndolo por unos largos segundos.

—Epa perro e' quinta —dijo finalmente—. ¿Te están dando un paseo? 

***

N/A: va otro porque este está cortito.

Mala Junta || BTSWhere stories live. Discover now