Confesión [Soukoku]

K

— ¿Dónde se han metido esos diablillos? –Preguntó el director Hirotsu al ser informado que el dueto no aparecía para su presentación.

Edogawa, hijo único del jefe de la Agencia más importante que el gobierno costeaba, comenzó a reír discreto mientras se acomodaba elegantemente las gafas sobre el puente de su nariz.

— Deberían encender las luces del auditorio y hacer un descanso, mientras los encuentran. –Sugirió el de ojos verdes, ganándose una sospechosa mirada de Fukuzawa.

— Gran idea joven. –Reconoció el director.

— Mientras iré a conocer a los integrantes del grupo de literatura, al parecer muchos son extranjeros. –Avisó para encaminarse a la dirección contraria que los adultos.

Al ponerse de pie ambos varones, Fukuzawa chocó accidentalmente con otro hombre.

— Fukuzawa-Donno, pensé nunca volverlo a ver... –Sonrió torcido el pelinegro.

— Que coincidencia, Mori...

— ¿Se conocen? –Se desconcertó Hirotsu.

— Fuimos colegas. –Explicó secamente uno de ellos.

— Oh, qué maravilla. ¿Nos acompaña? Buscamos a su hijo. –Se dirigió al médico, y sin esperar respuesta comenzó a caminar seguido del par.