ృి҉۫۫❁ཻུ۪۪⸙͎τιτάνες

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Su cuerpo se siente tan liviano como una pluma, por lo que se obliga a abrir los ojos para descubrir el porqué de su falta de peso. Le toma tres segundos percatarse de que está flotando en la inmensidad del universo ofrecido por Urano, quién cubre con su cuerpo la parte anterior de su madre y esposa Gea, la Tierra, mientras que Nyx, la Noche cubre la parte posterior. La titánide principal también es abrazada por su hijo Oceanus y sostenida por Atlas, iluminados simétricamente por Helios y Selene, la Luna. Los eternos prisioneros de la existencia le ofrecen un ambiente tranquilo y familiar a medida que su cuerpo desciende lentamente en dirección a ellos.

Otras figuras conocidas se forman frente a sus orbes jade mientras su altura disminuye. Jim y Thea lo observan fugazmente antes de darle la espalda; aquellos dos seres a los que alguna vez llamó «padres» ahora se pierden en el vacío junto a los pocos recuerdos que tiene de ellos.
Es indiferente a su desaparición y sus castigos, ellos lo traicionaron, ella entregándolo a su peor pesadilla y él despreciándolo por el destino que no pidió.

Su mirada viaja hacia un lado y, sin poder distinguir entre izquierda y derecha, logra reconocer el rostro de Griffin, el semidiós mortal que fue su hermano hasta que los titanes acabaron con él injustamente. Busca alcanzarlo para despedirse correctamente ya que en el pasado no pudo hacerlo, pero sus esfuerzos son en vano, su hermano se desvanece, dejándolo solo en medio de la nada.

Cierra con fuerza los ojos, sintiendo como el transparente líquido sale de sus lagrimales, aunque este no empapa su rostro, sino que se mantiene flotando a su alrededor.
No puede oír sus propios gritos de desesperación, pero sabe que está emitiendo sonido ya que su garganta arde debido a la vibración que emiten sus cuerdas vocales.

Entonces un suave toque en sus mejillas transforma sus gritos en sollozos inaudibles que se detienen poco después. Es una caricia amorosa. Eiji. Puede sentir su sonrisa aún cuando sus párpados están cerrados; se siente cálida y esperanzadora, así que decide verla. Los pétalos de girasol que emite el cuerpo y la corona de su contrario crean una imagen reconfortante, hermosa. Sus suaves labios se unen a los propios, moviéndose lentamente en un beso inocente que es acompañado de caricias en su cabello y tras su oreja.

La felicidad que los envuelve se ve interrumpida por algo extraño que acaricia su cadera, así que se aleja un poco del rostro del moreno para dirigir su mirada a su zona pélvica y encontrar al causante de su incomodidad.

Es un dedo.

Se trata de la mano de un titán.

Busca aferrarse a Eiji para que no se lo lleven, pero el Dios de la Primavera no logra alcanzarlo, su cuerpo se convierte en millones de pétalos que son opacados por las manos que lo arrastran hacia la tierra.

Es un niño de nuevo y está siendo destrozado. Sus extremidades son arrancadas de su torso para luego volver a ser unidas a su lugar original. Su columna se arquea por el dolor de sus órganos reventando debido al enorme intruso en su interior. Todo eso se repite una y otra vez con distintos seres hasta que él se transforma en un charco de sangre dorada que pobremente intenta recuperar su débil forma física.

Duele, pero no ha acabado ahí y lo sabe. Tiene los brazos sobre su cabeza, las piernas abiertas y se encuentra completamente desnudo. Las manos ya no están, han sido reemplazadas por una sola titánica figura que le mantiene el mentón con sus desagradables dedos, obligándolo a mirarlo directamente.

Dino.

Se incorpora bruscamente en el colchón, agitado e incapaz de contener el grito que se atoró en su garganta debido a la vívida pesadilla. Con sus manos temblorosas explora su torso para asegurarse de que no hay nadie tocándolo y se alivia cuando sólo encuentra las pequeñas cicatrices que se mantienen en su piel como un amargo recuerdo de todo lo que vivió.

Flowers in the Underworld 「Asheiji AU」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora