♨;; 𝚘𝚌𝚝𝚊𝚟𝚘 𝚙𝚕𝚊𝚝𝚘

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Donghyuck

Empujé a Eunwoo y Jeongin fuera de la cocina a pesar de que insistieron en ayudarme. Sí, de nuevo me encontraba preparando todo tipo de platos, pero en esta ocasión era diferente. Ahora estaba ensayando, entrenando para el maldito concurso que me aterraba más y más por cada segundo que pasaba.

—¡Que volváis a la mesa y punto!

—¿De veras vas a cocinar para ocho personas, hyung?

—Exacto. Ahora moved el culo y salir de mi cocina— ordené agitando la paleta en el aire y cerrando la puerta a mi espalda. Al otro lado se escuchaban las risas y varios comentarios de Jisung y Myungjoon sobre hacer rituales para que yo terminase de cocinar de una maldita vez.

Sí, había invitado a todo mi grupo de amigos a comer, en total a unas ocho personas, nueve incluyéndome a mí, y no lo hice por gusto o porque quisiera verles la cara, pues con los nervios del concurso lo menos que me apetecía era aguantar sus bromas sobre las paredes de mi habitación o los innumerables peluches que tenía por todo el piso. Lo hice por el concurso. Apenas quedaban tres días para la repesca y yo estaba que me moría de agobio.

¿Y si volvía a meter la pata? ¿Y si me equivocaba con la sal y el azúcar? ¿Y si le tiraba el plato encima a los jueces? ¿Y si apuñalaba accidentalmente a mi contrincante con un cuchillo? ¡Podía estropear la prueba de tantas formas diferentes que me aterraba poner un pie en el plató!

Y por si fuera poco también estaba Mark.

Sí, ese rubio teñido con mejillas definidas, ese prepotente que había osado jugar conmigo y por si fuera poco, ¡en mi propia cocina! Ganaría el concurso sólo para perderle de vista y callarle la boca. Cómo se le ocurrió insinuar que yo necesitaba ayuda para cocinar, como si fuera igual de torpe que él. ¡Por favor! Yo era un maldito genio culinario. Simplemente los nervios me habían jugado una mala pasada.

—Te ves bien con ese delantal, princesa.

—Ya lo sé.

Seguí cocinando, maldiciendo al rubio en mi mente y batiendo con tanto esmero que casi tiro el contenido del bol. Luego me detuve en seco, analizando lo que acababa de pasar, más concretamente, la voz que acababa de escuchar.

—...

—Hola— me saludó sonriente.

Apoyado en la puerta con las manos en los bolsillos, estaba el idiota que tantos problemas me había causado, sonriéndome como si fuéramos amigos de toda la vida, como si no lo odiara con todo mi ser.

—¿Qu-qu-t-tú, y-y, quién t-?

—Cálmate, soy yo.

—¡Ya sé que eres tú, idiota, ese es el problema!— dejé la paleta en la encimera sin preocuparme de limpiarla antes, y apreté los puños, intentando no montar un numerito con tantas personas en casa—. ¿Se puede saber qué haces aquí?

—Jisung nos invitó.

—¿Nos?

—Minho y Hyunjin también vinieron.

—...

—Tal y como me estás mirando pareciera que me vas a cocinar a mí, princesa.

taste it || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora