♨;; 𝚍𝚎́𝚌𝚒𝚖𝚘 𝚙𝚕𝚊𝚝𝚘

157 41 2
                                    

Donghyuck

Intentaba llamar la atención de Jeongin entre el público. Jisung estaba ocupado, haciendo trabajos de última hora, y el pelirrojo era mi última carta de suerte que pude llevar al concurso. Ambos hermanastros conseguían darme tranquilidad en los momentos más estresantes de mi vida, y éste era uno de ellos.

—Maldito niño de las narices, mírame, mira hacia aquí, desgraciado...

Desde el rechazo de Hyunjin, el pelirrojo sólo sacaba ojos y atención para él, insinuándose de la mejor forma que podía existir, obviamente todo eso aprendido de Jisung. Y no sólo tenía que aguantar desde lejos el ver cómo se agachaba disimuladamente frente a Hyunjin —lo mejor era, que a pesar de zorrearle en la cara, seguía aparentando que nada le importaba y tan digno como siempre—, o se inclinaba para susurrarle algo al oído, también tenía que soportar no tener su maldita atención sobre mí. ¡Si le había traído era para algo, para que me mirara y mandara ánimos desde el público, no que ignorara!

—Cuando termine aquí se va a enterar...

—¿Quién se va a enterar?— me giré de sopetón hacia la voz a mi espalda, encontrándome cara a cara con un joven. Me sonrió, tendiéndome la mano en forma de saludo—. Encantado. Yo soy Soobin.

—Ya sé quién eres— solté con un tono más brusco de lo pretendido.

Conocía de sobra a ese chico. Cualquiera que hubiera visto el programa sabría de él, pues su atractivo rostro y esa angelical sonrisa no era algo fácil de olvidar. Fue eliminado en la cuarta ronda cuando "accidentalmente" volcó la olla de su contrincante, abrasándole y mandándolo directo al hospital. El chico herido era uno de lo que más papeletas tenía para ganar el concurso, pero después de aquello con suerte podría rehabilitarse por completo.

Todo quedó como un pequeño tropiezo, y a pesar de que Soobin quedó eliminado, la repercusión social no fue muy alta, pues la mayoría de los televidentes seguían considerándole inocente, opinando que tuvo un error que podría haberle ocurrido a cualquiera. A mí, sinceramente, no me transmitía nada de confianza.

—Una pena lo que te sucedió.

—Fueron los nervios.

—No lo pongo en duda— respondió con una sonrisa, dejándome bastante claro que me tomaba igual de en serio que Mark la primera vez que vino a mi casa—. Seguro que lo haces genial ahora.

—Eso espero.

—Bueno— hizo una elegante reverencia y se alejó unos pasos—. Ya hablaremos. Mucha suerte, aunque no la necesites.

—Lo mismo para ti— puse la sonrisa más falsa que podía existir al tiempo que me despedía zarandeando mi mano de un lado a otro, contando los segundos para verlo desaparecer de mi vista. Cuando observé cómo se distraía con otro grupo de concursantes, respiré aliviado. Definitivamente cuanto más lejos tuviera a ese chico, mejor.

Miré otra vez a Jeongin, gritándole internamente para que dejara de zorrear a Hyunjin desesperadamente y me mirara a mí, pero de nuevo, no lo hizo, y tuve que desistir de mi inútil lucha por su atención.

—¿De qué hablabas con ese tipo?

—¿Eh?— me giré con desconcierto hacia Mark. Ya ni me sorprendían sus repentinas apariciones, o si lo hacía, conseguía disimularlo a la perfección. Me giré hacia él, apoyándome en la encimera, y suspiré, intentando omitir que básicamente estábamos casi pegados—. ¿Qué haces aquí?

taste it || markhyuckWhere stories live. Discover now