♨;; 𝚗𝚘𝚟𝚎𝚗𝚘 𝚙𝚕𝚊𝚝𝚘

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Mark

Había conseguido que la princesa aceptara. Sí, había aceptado que yo la llevara al programa el día de la emisión, es decir, ese mismo día en el que se lo pedí, pero con la condición de que Jeongin vendría con nosotros. Obviamente ese niño no estaba en mis planes, no entraba en mis ideas de quedarme a solas con Hyuck, pero no tenía más remedio que acatarme a las órdenes del mayor si quería avanzar con él.

—Por eso tienes que venir hoy conmigo— terminé la explicación.

Hyunjin me miró desde el portal de su casa, con un semblante serio y pensativo comiéndole el rostro. Yo estaba en mi coche, con la ventanilla bajada y aparcado junto a la acera, pues de esta forma podía mantener una conversación con mi amigo sin necesidad de bajar del vehículo. Finalmente Hyunjin suspiró, frotándose el pelo con nerviosismo.

—¿Estás seguro de que no va a haber ningún problema?— puso una mueca e hizo el gesto de cortarse la garganta, como si realmente su dedo fuera un filo de cuchilla—. La última vez tu novio casi me mata, y eso que sólo le rocé un poco el trasero a Jeonginnie.

—Mira, Hyunjin. Esta es la situación— volví a poner un tono digno de caso de la CIA. En serio, parecía tan serio e importante que cualquiera diría que únicamente hablábamos de formas para ligar—. Hyuck aún no es mi novio— recalqué el "aún", dejando todas las esperanzas que yo tenía en vista de mí amigo—. En un futuro muy cercano podría serlo. De hecho, esta misma tarde, en la grabación, podríamos avanzar muchííííííísimo...— inspiré hondo y seguidamente solté el aire con desilusión—. Si no fuera por el problema.

—¿Con problema te refieres a Jeongin?— asentí con resignación, lamentándome porque la vida hubiera puesto a un niño celoso pegado al trasero de Donghyuck—. ¿Y quieres que vaya para que yo me encargue de él y así dejarte vía libre con su madre?

—No es su madre, idiota.

—Lo que sea— rodé los ojos y asentí de nuevo, dándole a entender que cada palabra del plan estaba correcta. Así lo había pensado, así se tendría que hacer y así funcionaría, pues yo era un cerebrito y mi mente nunca fallaba—. Te vuelvo a decir que el niño me odia.

—Que no.

—El otro día me mordió en casa de tu novio cuando fui a rodearle con el brazo.

—Expresará así su amor, yo qué sé.

—Mark, si Donghyuck viene a clavarme un cuchillo diré que me obligaste a venir porque te lo querías llevar a la cama.

—¡Eh, que tengo más interés en él que un polvo!

—Haré como que te creo— suspiré, sin molestarme en explicarle lo contrario, pues la fuerza de la costumbre me había calificado a ojos de mis amigos como un putero irresponsable que no duraba más de una semana con la misma persona. Me lo había ganado a pulso y no podía quejarme, por muy diferente que se sintiera con Donghyuck, hasta que no lo vieran ellos mismos con sus propios ojos, no me creerían—. ¿Entonces me encargo del pequeño?— asentí a tiempo que le abría la puerta y él rodeaba el coche, entrando como copiloto—. Me debes una.

—Ya te la cobrarás— respondí sin prestarle mucha atención, regodeándome internamente de que todo estuviera saliendo de acuerdo al plan—. Por cierto, Hyunjin.

taste it || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora