Capítulo 2

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Pequeño disclamer: Mil gracias por el recibimiento!! Soy una neófita total de Wattpad, pero intentaré contestaros y recompensaros (en cuanto me entere de cómo funciona esto... y menos mal que tengo a V_Swing...). Sea como sea, ¡continuamos! Espero que os guste :)


El vozarrón de Hook, normalmente rasgado, bajo e intencionadamente controlado, resuena en sus oídos descolocadamente cantarín y agudo. Abre un ojo, sólo uno, y su oído se agudiza mientras el resto del cuerpo se despierta más lentamente.

"Agua clara, agua clara..." Sí, sin duda es Hook. Y va canturreando por el pasillo del barco, de camino a cubierta. Algo realmente extraño. Pero no tanto como el calor de otro cuerpo junto al suyo, de ese otro aroma mezclado con su propio olor o el color marrón de un mechón de pelo que descansa junto a su rostro. Su cuerpo se despierta y suma dos más dos mientras se ubica con un golpe de realidad. No está en su cuarto y, por supuesto, no está sola.

Abre el segundo ojo de golpe. Está tumbada sobre Regina, cuerpo con cuerpo, tal y como cayeron rendidas horas antes. Respira hondo tratando de recordar, de asimilar lo que ahora, en frío, parece la mayor locura que ha cometido nunca. La brusca inspiración empuja imperceptiblemente el cuerpo de Regina, pero es suficiente para que la morena abra los ojos descolocada y con gesto dormido y extrañado.

Los ojos verdes y marrones se cruzan reconociéndose mutuamente y recordando juntas lo ocurrido. Todo. Emma presiente que el color rojo está subiendo por sus mejillas y que Regina, de no estar recién despierta, estaría más colorada que adormecida.

La voz de Hook regresando por el pasillo rompe el incómodo momento. Emma, algo más despierta, pide silencio a los abiertos ojos de Regina con el dedo índice en los labios. La alcaldesa asiente asertiva y ambas escuchan los pasos perderse hasta la cocina.

"Ya llegamos... Agua clara, agua clara"

Hasta que el silencio no vuelve a reinar en la habitación ninguna hace un solo ruido y es Regina la primera que se atreve a hablar.

"Ahora" Ante todo, escueta y directa. Emma asiente y se dispone a moverse, a abandonar la cama y apartarse del cuerpo completamente desnudo de la alcaldesa. Trata de no mirar pero sin conseguirlo y de no sonrojarse, sin éxito tampoco. No hay ninguna manta con la que taparse y agradece que Regina, sutilmente, esté mirando al detalle sus propias manos y uñas dejándole intimidad.

"¿Con qué narices me visto?" El susurro airado de Emma recupera la atención de Regina. Se gira hacia ella cubierta sólo por una almohada y tiene que morderse los labios para reprimir una sonrisa. La rubia permanece en el centro de la habitación despeinada, en ropa interior y agarrando jirones de tela que, en algún momento, fueron su ropa.

"Con magia" sisea malvada.

"¿Me estás tomando el pelo, verdad?" Tras la almohada, Regina se encoge de hombros. "¿Cómo?" susurra desesperada "Enséñame"

Esa palabra envía un estremecimiento directo a la columna vertebral de la morena que se remueve sobre la cama. Los recuerdos de una Emma sudorosa y provocativa rogándole aprender magia sacuden su entrañas y se encuentra carraspeando para evitar sonrojarse.

"¡Todos en pie!" Ahora sí, el impostado vozarrón de Hook resuena por el pasillo distrayendo a las dos mujeres y permitiendo a Regina recomponerse. "¡A levantarse!!"

"Hay que darse prisa. Quizás en otra ocasión" susurra la morena chasqueando los dedos y cubriendo la mano de Emma de su característica niebla morada. Cuando vuelve a mirar sujeta su camiseta y los pantalones sin un rasguño.

"Quizás" contesta vistiéndose y regresando a la cruda realidad de tener que salir en secreto de los aposentos de la Reina Malvada, donde esta noche ha dormido. Trastabilla con los pantalones y se abrocha la camisa al acercarse a la puerta.

Tú, yo... Nunca Jamás (SWANQUEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora