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—¿Que pedo? — Saludó Raúl, con su brazo colgando del cuello de su novia. —¿Que pedo? Ya deja el puto celular, ¿no?
—Creo que ya llegaron — Susurro Sommer en el oído del ojiverde. —Voy yendo.
Raúl asintió un tanto desconfiado, mientras la rubia se acercaba a los dos jóvenes recién llegados, pero antes, agarro cinco vasos de alcohol y se los tomó de una.
—¡¿Como están mis raros favoritos?! — Saludó eufórica, abrazando a ambos por los hombros. —Que rápido llegaron, eh.
—¿Sommer?— Preguntó Sofía, intentando tocarla, pero la rubia se alejo. —¿Estás bien?
—¡Mejor que nunca! — Dijo alejándose.
—¡Ey bienvenidos! ¿Que tal? — Se unió Raúl, agarrando de la cintura a la rubia, para plantarle un beso en los labios. —Pense que no iban a venir, bienvenidos, están en su casa.
—Gracias. —Agradeció Javier.
—¿No tomas?
—No, pero gracias.
—Ah.
En una distracción, Raúl se colocó detrás de Sommer, empujándola hacía adelante, haciéndola caminar. Aprovechando el estado de su novia, para susurrarle algo a Sofía en el oído.
No te acerques a mi novia...- Susurro.
(...)
—¡Hola Nati! — Saludó Sommer, pasando por su lado, con un vaso de alcohol en su mano. —Adiós, Nati.
—¡Bebé! — Escuchó el llamado de Rosita. —¡Ven aquí!
La rubia se acercó con una sonrisa en el rostro.
—Deja esto. —Rosita le quito el vaso, para después tenderle una botella. —Y toma esto.
Sommer sonrió antes de darle un trago a su botella.
—Rosita, tu sabes algo del hacker. — Habló Sofía, mirando con pena a Sommer, quién estaba riendo y bailando.
—Ya les dije que no sé nada.
—Okey, ¿Por qué me mando contigo entonces?
Rosita se acercó a la chica para susurrarle algo en el oído.
—¿Shot o beso? ¿O que pedo? — Animó Rosita, provocando que todos gritaran.
Seguido a eso, Rosita besó a una chica a su lado.
Sommer rió y empezó a tirar una bolita de plástico.
A la rubia se le fue la sonrisa, al ver como Sofía y un chico que desconocía tenían un shot en la mano.
El canto empezó, Sommer se acercó a ella para intentar quitarle el vaso, pero la pelinegra se lo tomo.
El segundo cántico empezó, el chico desconocido se volteó dispuesto. Pero, Sofía agarro a Sommer de las mejillas y la besó, otra vez.
Pero, lo único que estaba en la mente de la rubia, era el beso que tuvo con Raúl hace un hora. Se separo, empujo a Sofía y empezó a caminar entre la gente.
No, eso no estaba bien, no estaba para nada bien.
Buscó a Raúl con la mirada, y cuando lo encontró, lo único que hizo, fue tirarse encima de él para empezar a besarlo.
