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Su cabeza le dolía, observó a su alrededor, no estaba en su habitación, estaba en la de Raúl, claro, habían tenido relaciones el día anterior.
Mierda, le ardía horrible la cabeza, no quería ponerse de pie.
Volteó a su lado, pero Raúl no estaba. Sospechaba que estaba despertando a los que se habían quedado a dormir.
Se sentó y suspiro, su celular vibró.
<<¡Sommer rechazo a Sofía H.! (Ver vídeo aquí)>>
Oh, mierda.
(...)
Tragó saliva al ver a Sofía mirándola, no quería encontrársela.
Se sentó al lado de Raúl quién al verla le hizo espacio.
—¿Por qué no me levantaste? —Preguntó Sommer en un susurro, en el oído de Raúl.
—Te veías muy linda durmiendo, estaba a punto de decirle a Susana que justificara tu falta.
—Bueno — Se oyó la voz de la maestra. —¿Podemos empezar? Hoy vamos a ver un poco sobre arte contemporáneo mexicano.
Raúl paso su brazo por los hombros de la rubia, mientras ella se apegaba a su pecho.
—¿Estás bien? —Le preguntó Isabela a Sofía, viendo como la pelinegra bajaba la cabeza.
—Si, solo...— Observo por un segundo, como Raúl le daba un beso en la cabeza a Sommer. —Creo que el karma siempre llega. ¿no?
—Esa pintura que están viendo ahí es de Fermín Díaz.
Sommer sacó su celular, era el tercer mensaje que había recibido de su madre esa mañana. No se le hizo nada gracioso ver un vídeo donde la hija de la mujer que le robo el marido se estaba besando con su hija.
—Pero chicos, les quiero pedir que, por favor, apaguen el celular. —Dijo la profesora, viendo despectivamente a la rubia, quién guardo el móvil automáticamente. —No quiero que como siempre suene un celular en clase.
Pablo sacó su celular justo en ese momento.
—Te lo acabo de decir.
Seguido de eso, lo hizo Natalia.
—¿Es enserio?
La italiana, sintió como su celular empezaba a vibrar, lo que la llevo a sacarlo y leer el texto.
¡Todos tus secretos serán revelados en La Nona a las 12! Los tuyos también.
—¿Que pasa? ¿Que es esto? ¿Es un juego o que? Oigan esto no es un juego, les acabo de decir que la regla es que apaguen los celulares en clase.
La vista de Sommer pasó a su novio, quién le dió un apretón a su mano. El día se acercaba, y ya no estaba segura si quería que todos los secretos se revelaran.
—Que bueno, por culeros. Para que vean lo que se siente. — Oyó decir a Natalia.
El sonido irritante de las notificaciones de todos se hizo presente en el aula.
(...)
Veía como todos hablaban y se quejaban con todo el que se le pusiera adelante.
Eso era un completo caos.
Era el caos en el que ella era parte. Y ahora sabía que no saldría de allí por nada del mundo.
