31. Derribando muros

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Lo siento si quedó demasiado largo. XD


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La lluvia se vuelve más fuerte, se está transformando en una temible tormenta de verano. Miras por la ventanilla del vehículo, acurrucada como una niña melancólica.

-Lo esperaremos en su casa. – Dice Jotaro, refiriéndose al joven Koichi (que ha visto demasiado).

-Eso es muy acosador. Vamos a parecer dos secuestradores tarados... - Contestas con desgana.

Te parece ver una silueta corriendo a contra viento con el paraguas prácticamente despedazado. –¿Puedes reducir la velocidad? Creo que he visto a... - Pegas la cara al cristal y señalas con un dedo. –Mira, ahí está. Frena, para cerca de la acera. –

El hombre te mira por el rabillo del ojo y dice algo que indica que no entiende que pasa.

- ¡Qué frenes te digo! -. Dentro de tu auto, puedes permitirte el lujo de dar órdenes y con un bufido, el conductor, obediente; hace lo que le dices. Bajas la ventanilla y das un sonoro silbido, llamando al chico que está totalmente empapado a pocos metros de vosotros.

Su cara pálida enmarcada en mechones blancos, expresa vergüenza y asombro, duda y retrocede, pero finalmente avanza hacia el Jeep con pasos inseguros.

Jotaro se estira hacia tu asiento, prácticamente haciendo que tengas que apartarte de la ventanilla para dejarle hablar a él.

-Jo...Jotaro-san, yo no he... - Balbucea Koichi con terror.

El hombre le indica que suba, para llevarlo a casa; al fin y al cabo, la tormenta ya es muy fuerte y se ha quedado sin paraguas. El menor lo medita unos instantes, pero accede de inmediato al escuchar un trueno cercano.

Jotaro le pregunta que estaba haciendo por la zona, si no fuera porque sabes que le tiene aprecio; jurarías que es un interrogatorio agresivo para acojonarlo.

-Solo estaba de paso... tenía que hacer unos recados y me desvié del camino. ¡Pero no vi nada cuando me crucé con vosotros! -. Grita Koichi asustado.

Te das la vuelta todo lo que te permite el cinturón de seguridad y le miras a los ojos seria.

-Si dices eso, es porque si viste algo... ¡¿Qué viste?! Quiero decir... Viste lo que hacíamos, ¿Verdad? -. Tratas de suavizar el tono.

El chico aprieta los dientes y agacha la mirada, asintiendo, un rubor intensamente rojo comienza a aparecer en sus pómulos y se extiende por todo su rostro. Aunque tú también sientes cierto calor en las mejillas. <Nos ha pillado... no creía que fuese a ser tan vergonzoso.>

Jotaro solo conduce y sus ojos están ocultos por la sombra de la gorra.

-Creía que correrías a contárselo a Josuke... - Dices preocupada.

El joven levanta ligeramente la cabeza para mirarte. –No... No lo sé. Son asuntos de adultos... Desde la noche que pasamos en la playa... pensé que él y tú... no lo sé. No entiendo nada -.

Los ojos turquesa del tercer ocupante del vehículo se clavan en ti. Estaba claro que aquel día en que compartiste tienda con el chico del pompadour, sus amigos sospechaban algo.

-Josuke y yo... bueno. No importa, no sé qué te habrá dicho, pero por favor; no le cuentes nada a nadie. ¿De acuerdo? -. Sonríes, procurando que no parezca siniestro.

-No lo hare... No sé qué está pasando... pero no es asunto mío. Josuke ha estado muy distante... sólo quiero que se ponga bien y se le pase lo que sea que tiene... –

The Dragon, the Star and the Diamond. (Jotaro x Josuke x Lectora fem.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora