Capitulo 8

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Horror. Eso era lo único que veía Shinichi a su alrededor... Ese día prometía ser bastante divertido y alegre para él ojiazul, más nunca pensó en como una sola equivocación ocasionaría el desastre que ahora había.

Toda la gente se encontraba corriendo por todos lados intentando protegerse del fuego, por todo el lugar se escuchaban los gritos y llantos de varios niños que no sabían que hacer o que no lograban encontrar a sus padres, las sirenas de los bomberos comenzaron a sonar cada vez más y más fuerte dando a entender que dentro de poco llegarían; mientras que Yusaku intentaba ayudar a toda la gente que podía a que evacuará lo mejor posible el lugar al igual que Yukiko, él solo veía todo lo que pasaba desde lo lejos.

Más aquella escena, rompió en trozos el corazón del pequeño detective; el ver a su nuevo mejor amigo, siendo jalado por su madre quien se encontraba al borde del llanto intentando sacarlo de ahí sin que saliera herido, mientras que el ojivioleta solo tenía la mirada perdida y su cuerpo permanecía inerte a todo lo que había a su alrededor.

Nunca pensó que el día que más esperaba a que llegara se convertiría en el peor que hubiera deseado él ojivioleta. Más ya había ocurrido, el destino había escogido ese día tan especial para él, para convertirlo en el peor y en el más doloroso que todos o la mayor parte de las personas que había asistido pudieran recordar.

Muchos sufren y lloran por la muerte de Toichi Kuroba, el mejor mago de todos los tiempos, reconocido no solo en Japón sino en todo el mundo;  pero solo Kaito y Chikage lloran por la muerte de Toichi, la persona que iluminaba sus días sombríos y mejoraba aún mas los claros, aquel que siempre juro él estar con ellos y apoyarlos pase lo que pase.

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Todo había comenzado en la casa de los Kudo. Shinichi se había levantado desde muy temprano con bastante energía en su interior, después de una semana entera volvería a ver a Kaito y además le habían dejado quedarse a dormir en su casa. Todo era perfecto.

--Shinichi --Llamo Yukiko mientras terminaba de colocarse su último pendiente -- ya casi es hora... ¿Ya llevas todo?

Él ojiazul bajo corriendo de las escaleras con una gran sonrisa y un ligero rubor de felicidad que fácilmente se veía, mientras cargaba una mochila roja en su espalda que parecía algo pesada, Yukiko al ver la cara tan alegre de su hijo solo logro mirarlo con cierta ternura.

--Si --Asintió Kudo alegre, mientras dejaba ver su mochila a la ex-actriz --¿Ya nos vamos?

--Pues solo falta que tu padre nos avise --respondió la castaña mientras intentaba arreglar los cabellos desalineados del joven detective, fallando varias veces por la interacción de este --Shinichi, quédate quieto. 

Sin embargo este no podía; quería irse cuanto antes, quería llegar con Kaito y poder jugar con él mostrando nuevamente todas sus verdaderas capacidades de detective que habia estado desarrollando, además de querer agradecerle aún más por el libro que le había regalado.

Después de festejar el cumpleaños de Kaito y haber sido llevado a su cuarto mientras dormía por sus padres; estuvo pensando en alguna otra forma de agradecer él obsequio, cada día y noche, desde que comenzaban sus clases hasta cuándo este cerraba sus ojos para ir con Morfeo, pero aún asi no obtenía nada, no sabía que podía superar el regalo que le dió el mago.

Yukiko y Yusaku ese día tenían una reunión de ex alumnos después del espectáculo de Toichi, ellos habían pensado en dejar a Shinichi bajo el cuidado de la familia de Ran, más este les pidió que lo dejarán con los Kuroba solo por esta ocasión.

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