¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era viernes y el cuerpo lo sabe. Mientras los demás chicos del salón hacían planes para el fin de semana Yui parecía estar muy atenta a su celular, había encontrado un divertido juego de Tetris con temática de gatos y ya iba en el nivel 32.
—Hola compañera, ¿Vamos a por ramen?
Nendo y Kaido se acercaron a su mesa.
—¡Ni hablar! ella ira conmigo a mi nueva guarida secreta, tenemos que vencer pronto a la Unión...
—Lo siento chicos —interrumpió, y creyó escuchar el corazón de Kaido romperse— hoy estaré ocupada en una entrevista de trabajo.
Nendo y Kaido le dieron la misma mirada interrogante.
— ¿Necesitas dinero? —preguntó Nendo.
—Sí, algo así. —les respondió la chica volviendo a enfocarse en su juego.
La verdad es que no lo necesitaba en el sentido estricto de la palabra. Todos los meses su padre le enviaba una buena cantidad de dinero que cubría los gastos del apartamento, la comida, y en si todas las necesidades que ella pudiera tener. En esas raras veces cuando la llamaba se lo repetía:
"Si necesitas algo, solo pídelo."
En un primer vistazo seguro que eso suena muy bien, el dinero en si jamás ha sido un problema, y Yui era consciente de que tenía que ser agradecida por esto. Pero pensar que tanta amabilidad financiera fuera una forma de su padre para compensar que nunca había ido a verla en más de cuatro años, no dejaba que disfrutara de aquel privilegio plenamente.
