𝐒𝐎𝐋𝐄𝐃𝐀𝐃『𝚂𝚊𝚒𝚔𝚒 𝙺𝚞𝚜𝚞𝚘 𝙽𝚘 𝙿𝚜𝚒 𝙽𝚊𝚗 Ψ』

孤 独 •５

𝐂𝐀𝐅𝐄𝐓𝐄𝐑𝐈𝐀 𝐌𝐀𝐌𝐈

カフェ・マミ

Era viernes y el cuerpo lo sabe. Mientras los demás chicos del salón hacían planes para el fin de semana Yui parecía estar muy atenta a su celular, había encontrado un divertido juego de Tetris con temática de gatos y ya iba en el nivel 32.

—Hola compañera, ¿Vamos a por ramen? 

Nendo y Kaido se acercaron a su mesa.

—¡Ni hablar! ella ira conmigo a mi nueva guarida secreta, tenemos que vencer pronto a la Unión...

—Lo siento chicos —interrumpió, y creyó escuchar el corazón de Kaido romperse— hoy estaré ocupada en una entrevista de trabajo.

Nendo y Kaido le dieron la misma mirada interrogante.

— ¿Necesitas dinero? —preguntó Nendo.

—Sí, algo así. —les respondió la chica volviendo a enfocarse en su juego.

La verdad es que no lo necesitaba en el sentido estricto de la palabra. Todos los meses su padre le enviaba una buena cantidad de dinero que cubría los gastos del apartamento, la comida, y en si todas las necesidades que ella pudiera tener. En esas raras veces cuando la llamaba se lo repetía:

"Si necesitas algo, solo pídelo."

En un primer vistazo seguro que eso suena muy bien, el dinero en si jamás ha sido un problema, y Yui era consciente de que tenía que ser agradecida por esto. Pero pensar que tanta amabilidad financiera fuera una forma de su padre para compensar que nunca había ido a verla en más de cuatro años, no dejaba que disfrutara de aquel privilegio plenamente.

Por eso quería un trabajo. La idea de depender del dinero de un hombre al que no le veía la cara desde hacía años, por alguna razón, la ponía de los nervios. Quizás por la posibilidad —poco probable, pero posibilidad al fin y al cabo— de que algún día este dejase de responder por ella.

Además de que, muy en el fondo, sentía que era su propia forma de rebelarse contra él.

Una vez terminadas las clases, decidió pasar por su apartamento para cambiarse el uniforme antes de ir a la entrevista. Yumehara la acompañó en el camino y, al llegar, se encontraron con la madre de esta.

—Chiyo, qué bueno que llegas, cielo. ¿Podrías abrir la puerta? —La señora Yumehara traía bolsas de compra en ambas manos.

—Claro, mamá.

—Hola Watanabe, ¿qué tal la escuela? —preguntó la mujer cordialmente. 

—Buenas tardes señora Yumehara, la escuela va bien, aunque hoy a Chiyo la regañaron por leer Wattpad en clase.

Ahora Yui se reía internamente mientras Chiyo la fulminaba con la mirada, siendo regañada por su madre.

La confianza que habían ganado mutuamente en ese tiempo era impresionante, por lo menos para ella. Un día iban juntas a la escuela, luego salían juntas de compras, después conoció a la señora Yumehara, y luego la dejaron quedarse a dormir. Todo escalaba de forma tan natural que ni se había dado cuenta.

Sin embargo, nunca sabía que responder cuando le preguntaban si su madre estaría de acuerdo con que Chiyo también se quedara a dormir una noche en su apartamento.

—Te di mi amistad y me escupiste en la cara, siento mi corazón romperse. —ubicó una mano en su pecho de forma dramática.

—El corazón está del otro lado Chiyo. —le señaló, a lo que su amiga la volvió a mirar mal, haciéndola reír—. Te veré luego.