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Al final, había escogido una de las buenas

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Al final, había escogido una de las buenas. De esas que en verdad asustan.
Y sorprendentemente, Kira nunca me abrazó. Solo saltaba de los sustos, pero nada más.

Luego de eso, vimos algunas otras más.

No sabía cuándo había cambiado el sonido de mi alarma

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No sabía cuándo había cambiado el sonido de mi alarma... De hecho, no sabía cuándo había puesto una alarma para los domingos.

Estiré mi brazo, para apagarla. Luego me acurruqué en mi almohada, que estaba más dura de lo normal. Pero, aun así, estaba muy cómoda.

Pero mi alarma volvió a sonar. Nuevamente la apagué. Decidí darme la vuelta e ignorarla si volvía a sonar. Pero algo en mi cintura no me dejó.

- Deja de moverte -escuché el susurró de una voz ronca. Eso me despertó.
Me senté en la cama asustada, pero me calmé un poco al ver a Pearce-. Kira, vuelve a dormir. -volvió a susurrar, mientras estiraba su brazo en mi dirección.

- ¿Eres consciente de que no debería estar aquí?

Pearce pasó sus manos por su rostro, antes de mirarme. Parecía que no se percataba de la situación. Hasta unos segundos después.

- ¿En qué momento nos dormimos? -preguntó sentándose también.

- No lo sé. ¿Qué hora es?

Tomó su teléfono, que al parecer era el que tenía la alarma que estaba apagando, o posponiendo.

- Siete de la mañana.

- ¿Qué hago despierta a las siete de la mañana de un domingo? -me volví a acostar.

Pearce me obligó a moverme, hasta dejar mi cabeza recostada en su pierna.

- No te pongas muy cómoda. En un rato empezaremos con nuestro recorrido.

- No... es domingo. Hay que descansar. Mañana tenemos que trabajar.

- Mañana no tenemos que grabar. Al menos los lobos.

- Pero es lunes. El lunes es el inicio del trabajo.

- Arriba, floja. -me sacudió un poco para levantarme, pero solo me hizo cosquillas.

Por Ti - Pearce Joza Y Tú - (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora