- Tú tienes algo y no quieres decir me qué es - me dice Emilio mientras conduce, me lleva a casa o, mejor dicho, me lleva a la esquina de la calle de mi casa.
- Me he enojado con mis... amigos.
- Los he visto en el almuerzo, parecían muy tranquilos... ¿cuál ha sido la causa de su pleito?
- Tu - le digo y me mira desconcertado, pero rápido vuelve la vista al camino - ellos... ellos han dicho cosas de ti que no me han gustado.
- Vaya, eso sí que no lo esperaba, ¿qué dijeron para que te enojaras tanto?
- Ellos saben de ti y María... o creen saber de ti y María.
- ¿Cóm...?
- Por Renata y Ana Pao - interrumpo - te vieron el lunes cuando quedaste con ella.
- Ya veo...
- Han dicho que serías un tonto si dejaras a una mujer así - confieso y percibo cierta nota de incomodidad en mi voz.
Emilio no dice nada y estaciona su camioneta, hemos llegado a nuestro destino.
- Joaquín, mírame - toma mi mentón y pone mi rostro frente al suyo - un lindo chico me dio una importante lección hace unos días, la gente va ver lo que quieran ver, pero ellos no saben la verdad. Y la verdad con María solo lo sabes tú, por lo que sabes que solo un tonto se quedaría con ella. Yo río.
- Amor - mi corazón se estremece cada vez que Emilio me llama así, es dulce e íntimo - yo ya escogí... y te escogí a ti, porque tienes todo lo que necesito y todo lo que quiero...
- ¿Incluso cuando no soy tan atractivo como ella?
Emilio ríe y niega con la cabeza.
- No eres como ella, eso es cierto... - me dice Emilio - eres mucho mejor. No puedo creer que no veas lo precioso que eres, y no hablo solo de lo físico, porque la belleza exterior, esa solo dura unos años, tu eres hermoso por dentro, hasta podría decir que eres una las personas más hermosas que existen en esta vida y cualquiera que tuviera la suerte de estar contigo sería la más afortunada.
- Perdona, es solo que me aterra la idea de no ser... suficiente.
- Joaquín, mi amor, eres más que un suficiente, para mi eres perfecto.
Emilio no da tiempo a una respuesta y me hace saber todo lo que podría decirme capturando mis labios en un tierno beso.
- Perdona, creo que solo me puse un poco...
- ¿Celoso? - dice Emilio con una sonrisa en su rostro.
- Sí, eso - admito.
- No necesitas tener celos de nadie amor, la gente debería tener celos de ti por lo perfecto que eres - yo comienzo a reír y lo beso, paso mis manos por su cuello y nuestros labios se sincronizan rápidamente, intensamente, logrando que mis emociones se agudicen.
- ¿Y ese beso? - me pregunta sonriente.
- Es para que tengas algo para recordarme este fin de semana que no te veré.
- Entonces necesitaré un poco más que eso jovencito - me reta y es ahora él quien me besa. No hay cosa que disfrute más que los besos de Emilio.
•••
- ¿Esperas a alguien? - me pregunta una voz masculina que reconozco inmediatamente.
- ¡Papá! - grito y me lanzo a sus brazos que me reciben calurosamente... tal como lo han hecho siempre.
- Hola bebé - me dice mi papá - ay... cuanto cariño, así da gusto volver a casa...
- Te eche tanto de menos - le digo liberándolo de mis brazos.