Magic between us (George Weasley y tú)

Lo que pasa en Las Vegas...

Después de ese día, no volvimos a ver a Percy. Año Nuevo lo pasé con mi hermana porque la estaba pasando sola. No quise presionarla para que me contara lo que le pasaba.

Yo tampoco había dicho nada de George, y no había vuelto a hablar con él. Ni con ningún Weasley. No los había visto.

Ya estábamos en el mes de Febrero. El frío aún seguía presente. Esa tarde había quedado con mis amigas de Hogwarts. Hacía mucho que no quedábamos juntas.

Salí del ministerio a toda prisa. Era hora de comer, por la tarde no tenía que volver. Menos mal. A lo lejos oí mi nombre. Me di la vuelta y me encontré al señor Weasley. Iba rápido hacia mí.

- Señor Weasley. ¿Qué pasa? - pregunté preocupada.

- Vaya.... - decía recomponiéndose. - Me estoy volviendo viejo.

- No es verdad señor Weasley. Aún sigue siendo un adulto, no tan joven como antes, pero tampoco tan mayor.

- Gracias Tn. Pero tampoco hace falta mentir. Me gustaría hablar contigo un momento. Si no tienes prisa claro.

El hambre tenía prisa. Pero no diré eso porque no soy una maleducada.

- No señor Weasley. ¿Qué quería?

- En Navidad vi que estabas incómoda al lado de mi hijo.

La miré confusa - No tengo nada en contra de ningún hijo suyo.

- ¿Ah no? Los chicos me contaron lo que pasó el día de Navidad. Y Fleur me comentó lo de la noche de Nochebuena. Me gustaría que vinieras a casa un día y lo arreglarais. Ahora no está bien estar enfrentados.

- Señor Weasley, le aseguro que su hijo y yo no estamos enfrentados. Es verdad que noe gustó lo que hizo, pero no estamos enfrentados. Tranquilo, ya lo arreglaremos cuando se le bajen los sumos de orgullo. Porque así no va a llegar a ningún lado.

Me miró sorprendido - Vaya. Sí que la ha cargado bien para que tú estés cabreada con él. Mira Tn. Sé que te gusta. Por eso quiero arreglarlo. Al menos que seáis amigos.

- ¿Cómo lo sabe? - ahora la sorprendida era yo.

- A mi mujer se le escapó el otro día. Pero ese no es el punto. Ven por favor a comer hoy por ejemplo. O mañana. Tenéis que arreglarlo. Y evitandoos unos a otros no es forma.

- Lo siento señor Weasley, Pero tengo Los días ocupados. Pero prometo que él y yo lo arreglaremos algún día. Es un tema que lo solucionaremos entre él y yo.

Me miró preocupado - Si insistes. Pero por favor, arreglarlo. Siempre os he visto muy bien juntos. No quiero que eso se pierda por tal estupidez.

Asentí - Sí. Claro señor Weasley. Ahora sí me permite, tengo que ir a comer. No he comido nada desde las seis y tengo hambre.

- Sí. Adiós Tn - se despidió.

- Adiós. - y me fui por la chimenea. Llegué a casa, subí a mí cuarto y dejé las cosas.

Comí con mis padres, y luego descansé un rato. Sentada al lado de mi padre viendo la televisión, como siempre.

Sobre las cinco o así me fui a duchar. Me puse un conjunto mono, preparé mi bolso y bajé.

- ¿Te vas? - preguntó mi padre cuando le di un beso de despedida como siempre.

- Sí. He quedado con mis amigas. - frunció el ceño. - No me pongas esa cara papá. Ya soy mayor. No hace falta que controles cada movimiento que hago. Te quiero y eso. Pero a veces molesta. Ni que me fuera a echar novio - bromeé.