Lethal Love;; Anime One-shots

Undead Ban

[Song-shot]

[Soulmate au]

No puedes ver los colores hasta que conozcas a tu alma gemela

La joven ya había estado varios días en Berina por lo que decidió que era el momento de dirigirse a otro pueblo; antes de salir de la casa en donde habitó por una semana, se despidió de la amable pareja de ancianos que la acogió y les agradeció por ello. Se dirigió al centro del pueblo, en donde se encontraban todos los habitantes intentando sacar la espada de un Caballero Sagrado que había ido al pueblo para probar la cerveza; ella también había intentado removerla pero, lastimosamente, no lo consiguió. De repente escuchó un grito de alegría, por lo que se volteó y vio que la espada ya no se encontraba enterrada, en cambio, un niño rubio la sostenía y junto a aquel niño estaba Mead y una joven de cabello albino; a la joven (c/d/c) le hubiera gustado felicitarlos pero tenía que continuar con su viaje.

Volviendo a emprender su camino, se dirige a una de las colinas cercanas al pueblo, ahí consigue ver una extraña edificación que en el día anterior no estaba. Llevada por la curiosidad se acerca a ella y, cuando vio el letrero, descubrió que se trataba de un bar.

— ¿Un bar? —se preguntó la joven de 25 años— Nunca lo había visto por aquí... Supongo que podría aprovechar y comer algo ahí, después de todo no desayuné al salir de la casa.

Al entrar en el bar pudo distinguir a dos personas, eran aquellas personas que estaban con Mead en el pueblo y también pudo identificar un tablón de anuncio con carteles de "se busca" de los Siete Pecados Capiteles. Rápidamente se acercó a ellos chocando con la muchacha albina y causando que el bolso que traía en su hombro derecho se cayera.

— ¡Oh Dios! Discúlpeme señorita...

— Elizabeth —respondió la joven albina tomando la mano de la otra muchacha— No se preocupe por eso, parecía tener prisa por acercarse al tablón de anuncios.

— ¿Conoces a alguno? —escuchó uno voz a sus espaldas— ¿O quieres saber la recompensa?

La joven (c/d/o) volteó su cuerpo para encarar el del niño, al verlo cruzó sus brazos— No creo que te incumba.

— ¿Qué te parece si lo hablamos al cerrar?

— Preferiría hablar con el dueño.

— ¿Elizabeth, podrías decirle a los clientes que vamos a cerrar?

— Si, Meliodas-sama.

Al oír ese nombre algo en la cabeza de la (c/d/c) hizo click.

— Espera un segundo... —la joven volvió a acercase con rapidez al tablón de anuncios y arrancó el cartel que decía "Meliodas", a continuación lo puso al lado del rostro del rubio— Mierda, no sé sobre los otros pecados pero a ti sí que te dibujaron diferente.

— ¿Cómo supo que aquel es Meliodas-sama?

— En un momento te respondo, linda. —una sonrisa se había formado en el rostro de la (c/d/c) mientras extendía sus manos en dirección de ambos— Soy (T/N), un gusto en conocerlos.

— Vale, parece que llevas un tiempo buscándonos o al menos buscándome —dijo Meliodas al caer en cuenta que la joven lo miraba fijamente.

— Correcto. Ahora, respondiendo a tu pregunta, Ban me habló de él.

— ¿Ban?

— Así es linda. Undead Ban, el pecado de la codicia.

— ¿Sabes dónde está? —preguntó esta vez Meliodas.