Capítulo 4

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¡Todo esto es basura!

— Eric...

— No — señaló a Yongsun con un dedo y aporreó los cubiertos en la mesa.

Se limpió la comisura de los labios con la servilleta de tela fina que reposaba en sus muslos y volvió a mirar a Yongsun.

Pero, se había tranquilizado en tan solo dos segundos cuando vio que Tyler y Hyejin aparecían en el comedor curiosos por los gritos que acababan de escuchar.

¿Pasó algo? — les preguntó tomando los cubiertos y jugando con la comida en su plato.

No patrón — Tyler pareció sospechar. Se colocó su sombrero — Con permiso — él salió del comedor dejando a Eric a solas con su esposa.

Hyejin lo siguió.

¿Có-cómo es posible que el arroz esté quemado? — preguntaba entre dientes para que Yongsun, quien estaba a su lado fuera la única que escuchara.

Él volvió a dejar sus cubiertos en la mesa y miraba a Yongsun como si esperaba que ella le contestara.

No seas así... — Yongsun continuó comiendo cabizbaja porque ella había hecho el arroz.

Pero Eric no sabía eso, y aunque lo supiera posiblemente su reacción sería la misma.

No nos sorprendamos. Yongsun cocinaba muy bien, la misma anciana Berta le había enseñado y por supuesto, Hyejin también. Solo que cuando se había decidido a cocinar por cuenta propia, a Byul le había correspondido cortar el césped que rodeaba a la casa.

Había dejado el arroz haciéndose en una paila en la estufa. Tenía suficiente agua como para que le diera tiempo de ver a Byul un rato por la ventana.

Pero mientras estaba absorta, admirando los músculos de sus brazos tensarse cuando hacía fuerza o en lo que se dejaba hipnotizar por el sudor en su rostro, el olor a paila quemada le llegó a la nariz.

Byul no era despistada. Se había dado cuenta de la silueta de Yongsun en la ventana, pero no podía mirarla porque Eric estaba muy cerca conversando con un señor para organizar una de sus fiestas.

Escuchó como Yongsun se quejaba mientras ponía la tapa de la paila en la repisa. Se había quemado los dedos con el vapor. Byul miró hacia la ventana brevemente para supervisar que todo estuviera bien adentro, y como si Yongsun le leyera sus pensamientos, se había vuelto asomar para verla y asegurarle que estaba bien con una sonrisa apenada por su torpeza, y a Byul no le importó el olor que provenía de la cocina. Ella le sonrió de vuelta con ternura.

Iré a darle esto a uno de los inútiles — se levantó bruscamente y se llevó el plato consigo. Sin despedirse, sin volver a poner la silla en su lugar.

Yongsun se terminó la ensalada y la carne, luego terminó de beber el agua que ella misma se había servido porque Eric discutía algo por mensajes de textos justo al empezar a comer.

Eric últimamente estaba de mal temperamento. Cada día empeoraba más su humor y no había nada que pudiese calmarlo a no ser por el licor en la estantería de su oficina.

Yongsun recordaba como Eric era antes del matrimonio. Atento, caballeroso, pero tan solo días después de su luna de miel, parecía estar inconforme con la vida que le había tocado. Fue separándose de ella poco a poco, aún así, seguía de vez en cuando tratándola con cariño para persuadirla, y sobre todo lo hacía estando frente a sus padres, que le echaban miradas acusatorias cuando Yongsun se encontraba sola en una de esas fiestas mientras él le daba la espalda.

RIDING [Moonsun G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora