Capítulo 14

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— Por eso digo.

— Doña Berta, es imposible entenderla si no se explica.

— De todas maneras nadie quiere escuchar mi versión Hyejin.

— Solo estamos conversando, y usted ha querido contarme pero la verdad es que no se le entiende... ¿revisó el invernadero cuando Eric se lo mandó?

— Por supuesto que no. — la anciana terminó de cortar las legumbres para la sopa, y a Yongsun se le derritió el corazón al verla tan triste.

— Ya vió.

Un roedor había escarbado y defecado en el invernadero.

La mayor parte de los vegetales se dieron por perdidos ssí como la paciencia de Eric, y quien pagó el muerto fueron los peones.

Pero la anciana había estado preocupada todo el día, y parecía que la culpa le invadía a la pobre cada vez que recordaba las horribles palabras que Eric les gritó a todos.

Eric hizo oídos sordos a las súplicas de Yongsun por detener el show que llevaba encima a cada paso que daba. También le había rogado con una mirada que no le dijera nada a la anciana. Lo iba a tomar muy mal y quien sabe que dolores le provocaría.

Inesperadamente Eric le cumplió luego de que se le ocurriera a quienes culpar. Por eso los peones y Byul acabaron castigados por no estar "pendiente de las cosas".

— Tenía todas las intenciones de ir cuando el joven Eric me dijo que revisara los tomates, pero no podía descuidar la cocina y he dejado la puerta abierta sin querer.

Siguió lamentándose.

— Ya, ya. Nadie está enojado con usted.

— Pero ahora los demás no tendrán descanso.

— Ya luego le pedirá disculpas a los demás y verá como no se preocupan por eso. Están acostumbrados.

Hyejin dejó puesto el arroz y se limpió las manos con el delantal que cargaba al cuello. Se acercó a la silla para bebés en donde estaba Sunnie con veinticinco meses ya bien puestos comiendo trozos de sandía que Yongsun le acababa de colocar en la base de su silla.

— ¿Quién es la princesa de la casa? A que sí le ha gustado lo que mamá le dio. — le decía riéndose por como tenía jugo de sandía hasta en la nariz.

Sunnie le ofreció un trozo extendiendo su manita y Hyejin la aceptó colocando cara neutra. Disimuladamente después se la dio a Yongsun.

Yongsun estaba sentada a su lado en un banquillo alto, también con unos trozos de sandía en un plato. El hambre le había ganado a ambas y no podían esperar hasta que el almuerzo estuviera listo.

— A ver si Sunnie no deja la puerta del invernadero abierta... — dijo la anciana.

Yongsun rió mientras extraía el jugo de la fruta e imaginándose aquello.

Como la bebé se la pasaba la mayor parte del tiempo corriendo, subiendo las escaleras, explorando cada escombro, estaban asombradas de que la pequeña anduviera por su cuenta sin límite.

No había cosa que a Sunnie no se le escapara hacer.

— Ya, ya pasó. Ahora solo hay que enfocarse en dejar todo esto listo. — Hyejin dejó la cocina riéndose de la anciana y fue a poner la mesa para el almuerzo.

Se quedó Yongsun, disfrutando de la maravillosa fruta jugosa que la naturaleza le brindaba, y de Sunnie moviendo sus pies inquietos y recargados para una carrera segura en cuanto le dejaran bajar.

RIDING [Moonsun G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora