Capitulo 5

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  Despertar escuchando las risas de Carlo era de las cosas más lindas del mundo... a menos que sean las putas tres de la mañana.

Gruño entre las sábanas, me había costado demasiado dormirme para que ahora me despierten así ¿Quién los va a mantener si no logro despertarme para trabajar mañana? Ya me van a escuchar.

Me estiro con pereza y alejo las cobijas de mi cuerpo para evitar toda tentación. A tientas busco las pantuflas ya que ni siquiera me molesté en encender la luz, no iba a permitir que la vieran y se hicieran los dormidos, los iba a agarrar con las manos en la masa.

Camino de puntillas hasta la habitación de Carlo, lugar de donde provenían las risas y los ruidos. La puerta se encontraba entreabierta así que ni siquiera fue necesario abrirla; al otro lado podía ver perfectamente la silueta de Zeus al lado de mi hijo y... ¿Hades? ¿No se supone que él es el responsable?

Estaban los tres sentados en el piso, rodeados de almohadas y bolsa de frituras, con la mirada clavada en la televisión.

- ¿Qué hacen?- Pregunté con palpable enojo. Los tres niños -porque no se les podría decir de otra forma- saltaron producto del susto.

- ¡Mamá!- Chilló Carlo con una dulce sonrisa adornando su rostro. Maldito niño, intenta comprarme.- ¿Qué haces despierta? 

- Yo me pregunto lo mismo.- Bufé.- ¿Qué hacen?

- Estamos en un campeonato de Mortal Kombat.- Rió Zeus.

- Y yo iba ganando.- Alegó victorioso el Dios del Inframundo.

Voy a borrarte esa sonrisa a golpes, Hades y sé que escuchaste esto. Y esa mueca de terror me lo acaba de confirmar.

- A la cama. Todos.- Ordené adentrándome en la habitación.

- ¡No, estamos haciendo algo importante!- Chilló Zeus al ver mi intención.

- Y yo estaba durmiendo... Que cruel es la vida a veces.- Respondí antes de desenchufar la televisión.

El grito que dieron los tres niños frente a mi fue ensordecedor, como si les hubieran matado un ser querido frente a los ojos... que dramáticos. 

Rodé los ojos ante la terrible escena que me estaban dando, Carlo había comenzado a lagrimear mientras Zeus y Hades hacían puchero con la mirada fija en la televisión ya apagada.

- A dormir.- Ordené por última vez.

- ¡Sos un monstruo!- Gritó Hades soltando el control del play.

- ¡Ya no te quiero!- ¿Zeus nunca pensó en actuar? Porque le sale muy bien el papel de victima. 

- Yo si te quiero, mami.- Murmuró Carlo con los ojos llorosos poniéndose de pie.- Perdón por despertarte...

- No pasa nada, bebé.- Sonreí acariciando su cabeza.- Ahora anda a dormir que ya es tarde.

Alcé su pequeño cuerpo entre mis brazos y caminé con el a cuestas hasta su cama, la cual no había sido desecha lo que me hace suponer que también me mintieron cuando dijeron que ya se iban a dormir... voy a tener una seria charla con los adultos no responsables que cuidan a mi hijo.

Acomodé a Carlo entre las sábanas y le di un pequeño beso en la frente.

- Ustedes también vayan a dormir.- Gruñí al ver por el rabillo del ojo a ambos Dioses parados a mi espalda.

- Si seguís gruñendo te vas a convertir en perro.- Murmuró Zeus. Giré mi rostro hacía él y le dediqué una mirada cargada de enojo.- Yo nomas decía que a Rufus le gustaba ser hijo único...

- No es hijo único, también está Mimí.- Le respondió Hades de igual forma. 

Rodé los ojos ante la extraña discusión que se había formado a causa de mi perro. Pobre viejo, lo usan de escusa para seguir despiertos.

Caminé hacía ellos arrastrando los pies ya que no quería despertar a Carlo, quien había caído dormido tan pronto tocó la cama. 

- A su cama, los dos.- Rezongué empujando sus cuerpos fuera del cuarto.

Zeus fue el primero en resoplar, verdaderamente parecía un niño pequeño haciendo una rabieta. En otra oportunidad me habría reído, pero son las tres de la madrugada y tengo sueño. Lo vi patalear hasta adentrarse en la habitación que compartía con Eros, de forma momentánea claro, ya que Hades se estaba quedando en el cuarto que antes era de él.

- Vos también, Hades.- Bufé al ver que dicho Dios no se había movido, simplemente se quedó parado en el medio del pasillo viendo a Zeus rabiar.

- Seis años y seguís igual de malhumorada.- Susurró con un pequeño deje de diversión.

- Incluso más.- Agregué a la broma.

- No me molesta, eso fue lo que me enamoró de vos en un primer lugar.- Sonrió girando su cuerpo hacía mi. 

me vi incapaz de responder algo coherente ¿Qué podría decir en un momento como este? ¿Eso se puede tomar como una declaración? De pronto la mano de Hades acunó mi rostro, su tacto se sentía tan cálido en mi piel...

- Hay que dormir...- Esas palabras fueron las únicas que fui capaz de soltar, me había quedado prácticamente muda.

Estar a oscuras en del pasillo, teniendo como única fuente luminosa las dos verdes farolas de Hades no hacía mas que estragos en mi pecho. 

- Humana, me estas volviendo loco.- Susurró acercando su rostro al mío.

No, Andrómeda no. Estuviste toda la noche pensando en Hades, en los sentimientos que tenes por él y en todo lo que han vivido... Por esa mierda no pudiste dormir ¿Qué te pensas que pasará si te dejas besar? 

- Aléjate...- Tartamudeé colocando mis manos sobre su pecho. El corazón del Dios se escuchaba como un estruendoso tambor, parecía que en cualquier momento saltaría de su cuerpo.

- Me pedís que me aleje con la boca, pero tus ojos me ruegan que me acerque...- Susurró acercándose aún más.- ¿A quien debo hacerle caso? 

No sé, maldito Dios inútil, no sé que quiero...


No sé, maldito Dios inútil, no sé que quiero

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Hola, papá. (PRÓXIMAMENTE)Where stories live. Discover now