•| Cap 3 - Pérdida |•

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|| PREVIAMENTE ||

El niño decidió ignorar todo lo que había pasado hasta ahora por lo que se dispuso a hacer lo que su madre le pidió, fue a la habitación de su madre y encontró un jarrón blanco con diseño de flores azules. Puso el ramo en el florero y lo colocó en el tocador de su madre, salió de ahí y fue a comer con su madre.

|| A H O R A ||

Después de la comida ambos pasaron un agradable tiempo de madre e hijo, aunque a Yōunshi le parecía algo repentino el cambio de personalidad de su mamá no le tomo mucha importancia ya que pensó que era porque mañana era su cumpleaños y así pasaban el día normalmente. Ya casi para el final del día su madre le pidió a Yōunshi que si podía resolver algunos problemas y ejercicios que había olvidado darle en la tarde a lo cual el niño hizo caso sin reproche aunque aún se le hacía extraño la actitud de su madre jamás dudaría de su palabra.

Kireina: Adiós amor, volveré al amanecer – dijo la mujer abrazando fuertemente al pequeño que no dudo en corresponder le el abrazo. Se separó un poco – cuídate mucho ¿sí? – dijo cubriendo sus ojos ante de que alcanzará a mirarla y con su otra mano tomando el rostro de su pequeño y dándole dulces caricias que transmitían una gran ternura y amor incondicional.

Yōunshi: Si mamá, estaré esperando tu regreso – dijo sonriendo aun sin ver a su madre – me puedes dar otro abrazo de despedida – pidió extendiendo sus brazos a lo cual su madre no tardo ni un segundo en corresponderle y aferrarse a él con todas sus fuerzas.

La mujer partió hacia el pueblo del este bajo la atenta mirada de su pequeño que no la descuidaba en ningún momento, a pesar de tener una venda que impedía su visión de vez en cuando podía entrar al "mundo de cristal" como le decía él, en donde podía ver las cosas como si fueran de cristal y ver su interior, por lo general lo hacía cada vez que su mamá se iba a trabajar para verla partir, había descubierto este mundo casi desde que nació, aunque solo tiene recuerdos de comenzar a usarlo al tratar de ver a su mamá partir con la venda puesta y puede entrar y salir a voluntad que la mayoría de veces está adentro para poder ver a su alrededor.

|| Martes 14 de agosto, 4:30 de la mañana ||

El pequeño seguía despierto, hace horas que había terminado con lo que su madre le pidió pero aun así no podía conciliar el sueño, la sensación de opresión en su pecho que lo atormento por la mañana y que había podido ignorar lo volvió a atacar por la noche, no sabía lo que le pasaba pero su instinto le decía que su madre corría peligro, ya habían pasado varias horas y él ya no lo soportaba, de inmediato corrió a su habitación y se puso su keikogi*, tomó la katana que su madre le prestaba para practicar kendo*, se puso una de las máscaras de su madre que era de lobo y partió por el camino que recorrió su madre horas atrás sin darse cuenta que era seguido por ciertos individuos.

Después de varios minutos corriendo encontró una gran escena caótica, varias casas y pequeños edificios en llamas, gente huyendo, gritos, sangre por todos lados y una gran batalla en el centro de todo, cuando se enfocó se asustó por lo que sus ojos veían, era su madre peleando junto con una persona alta que no sabía quién era, no sabía qué hacer, si ayudar a su madre o a los civiles atrapados entre los escombros. Cuando iba a ir hacia ella ambos cruzaron por milésimas de segundos sus ojos y supo lo que debía de hacer, inmediatamente fue hacia los pocos civiles que quedaban y los ayudo a escapar cuando giró su cabeza y vio cómo su madre estaba a punto de ser decapitada, no sabía que fue lo que paso pero de un segundo a otro estaba chocando armas con el extraño, su madre quedó atónita ante lo sucedido.

???: No pareces ser una gran amenaza, pobre alma que ha sido maldecida, te liberaré de tu sufrimiento – dijo el extraño estaba a punto de atacar a Yōunshi cuando algo lo sorprendió - ¿Por qué? – pregunto con lástima.

Un lobo con suerte | Kimetsu no Yaiba x Male Reader |Where stories live. Discover now