Capítulo 9

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Me paré frente a él, mirando su rostro y tratando de entender las palabras que salían de su boca.

—¿A qué te r-refieres?— dije tímidamente. Sentí que por un momento mi mundo se detuvo, su mano, algo fría, sujetaba suavemente mi cuello incitando a que me acercara más. Él, algo agachado se inclinaba más hacia mi rostro, su cabeza algo ladeada se juntó con la mía al igual que sus labios y los míos. Era suave, su beso y sus labios. Su mano derecha, entrelazada con la mía. Su mano izquierda, anteriormente en mi cuello, posada sutilmente en mi cintura. Mi mano restante estaba sobre su hombro, bajando por su pecho para ponerla sobre su espalda. Luego de al menos un minuto besandonos nos separamos lentamente, sus manos y las mías seguían en sus antiguos lugares, cualquiera que nos viera pensaría que somos una pareja ¿en verdad deseo eso? aún no estaba del todo segura pero aquel beso fue suficiente para darme cuenta que lo deseaba, de alguna forma.

—Ahora si puedes irte.— me regaló una sonrisa.

—Yo... sí. Nos vemos mañana. — solté su mano y caminé hasta llegar a casa la cual no estaba tan lejos. Mi mamá me esperaba con la cena lista, subí a cambiarme mientras aún procesaba lo que había pasado ¿en verdad le gusto? aquel pensamiento invadió mi mente durante toda la noche hasta que me quedé dormida. Esperaba ansiosa que amaneciera.

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Salí de casa en dirección a la escuela, y esta vez sí tuve el tiempo para peinarme. Caminé cerca de 10 minutos y en aquella intersección me encontré con Tsukishima, caminaba relajadamente con sus audifonos puestos, no lo pensé, nuevamente, y me dirigí hacia él.

—Hey, ¿qué tal estás?— saludé

—...

—Genial, ahora me ignoras. — me impulsé un poco y me puse frente a él. —Oye, te estoy hablando.

Se quitó los audífonos. —¿Eh? no había notado que estabas aquí.

—Claro, inventa excusas.

—Tú decide creerme o no.

—Cómo sea. ¿Qué tal estás? — dije mientras me colocaba a su lado.

—Bien, supongo ¿y tú?

—Bien, aunque tengo algo de sueño— bostecé involuntariamente.

—Así veo.

Llegamos a la escuela y nos separamos cuando él entró a su clase. En este encuentro creo que se le olvidó ser tan molesto como de costumbre...

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—¿Puedes ayudarnos a estudiar?— dijo Hinata mirándome con cara de pena.

—Ya les había dicho que sí.

—Eres la mejor Yamagawa-chan  

Los ayudé a estudiar durante todo el receso, se notaba que habían logrado aprender algo. Tenia fe en que lograría pasar el examen, aunque sea a penas.

Las clases transcurrieron con normalidad aunque mi mente no estaba nada normal, pasé la mayoría del tiempo pensado en lo que pasó ayer ¿en verdad le gusto o sólo se aprovechó de la situación?, ¿me saludará normalmente o me ignorará? y si quiere darme otro beso ¿qué hago?
Sin darme cuenta las clases ya habían terminado y yo debía ir a cambiarme para ir al gimnasio para el último entrenamiento antes del viaje de mañana.

—¡Concéntrate Hinata!— se podía oír, además de balón y los zapatos chirriar sobre el piso, los gritos, claramente tensos, de Kageyama.

—Vamos chicos, deberían descansar y relajarse un poco.

—¡Ni hablar! debemos entrenar para mañana. — gritó Hinata.

—Saben que primero deben pasar el exámen ¿verdad?— pude ver como ambos entraron en un aura depresiva.

—Tú si sabes como animar a la gente ¿verdad?— ya se me hacía costumbre escuchar su voz detrás mío.

—Hola Tsukishima, ¿cómo estás? yo muy bien gracias por preguntar. — dije con un claro tono de ironía.

—¿Heh? no molestes. — dijo claramente ofendido.

—Mejor ve a entrenar y ponle ganas, si no, ya verás como escribo toda una plana y de solo errores tuyos.

—Ya sé que no puedes dejar de mirarme.

—Tsk, ni que fueras un pastel de fresa. —exclamé.

—Pastel... ¿de fresa?— Hinata y Kageyama miraban absortos la situación mientras que detrás de Tsukishima aparecía el resto del equipo listo para entrenar.

Llevan como 1 hora al menos, Hinata practicando saques, como recibir, entre otras cosas. Yo, al costado de la cancha anotando distintos tipos de cosas.

—Vamos Hinata, es tú turno de sacar. —mencionó el entrenador Ukai.

—S-sí, ya voy.

—De seguro fallaras de nuevo. — Tsukishima molestando como de costumbre, ese chico no tiene remedio.

—No lo molestes, ya está muy nervioso míralo.— señalé a Hinata, quién sostenía el balón mientras temblaba.

—Bien, adelante. — el entrenador tocó el silbato. De saber que Tsukishima tendría razón me hubiera quedado callada. La pelota que golpeó Hinata se desvió ligeramente pero fue suficiente para que llegara hasta mí. Yo estaba escribiendo así que no me di cuenta hasta que me gritaron.

—¡Cuidado Yamagawa!— gritó Kageyama, yo sólo levanté la vista pero la pelota ya estaba sobre mi cara y yo en el piso.

—¡Hinata, idiota!— Tsukishima y Kageyama gritaron al unísono. El entrenador junto con los demás del equipo fueron a verme, estaba algo aturdida y me dolía mucho la cara y la nariz.

—Te dije que fallarías, pero ¿no pudiste golpear a alguien más? como a Kageyama. — dijo Tsukishima.

—¿Qué? ¿acaso te preocupas por alguien más que no seas tú?— molestó Kageyama.

—Tsk, cállate.

—¿Estás bien? lo siento Yamagawa-chan. — dijo Hinata apenado.

—S-sólo fue un pequeño golpe e-estoy bien.

—No es cierto, te sangra la nariz. —dijo Daichi. —Tsukishima llévala a la enfermería.

—Bien...— dijo mientras desviaba la mirada. Sentí como se acercaba a mí y me cargaba. Sentía su respiración algo agitada por el entrenamiento y apesar de ello aún podía cargarme. No podía evitar mirarlo, estaba demasiado cerca.

—Te dije que no podías estar sin mirarme.

—Quizás tengas razón, lo admito. Y es bastante cómodo estar así.

—¿Sí? pues no te acostumbres. — me sonrió y siguió caminando. Pasaron unos segundos. —Ya llegamos a la enfermería. — entró y la enfermera obviamente preguntó qué fue lo que pasó y le conté. Tsukishima me dejó sobre la camilla y la enfermera limpió la sangre debajo de mi nariz y me dio unos hielos para que no se hinchara la cara.

—Yo la cuidaré, puedes volver a tu entrenamiento.

—Sí, vete, chu, chu. — hice una seña con la mano para que se fuera.

—Sí, de nada. No es necesario las gracias. — su tono de ironía era idéntico al mío cuando lo saludé. Se acercó a mí, aunque algo dudoso, se agachó tan solo un poco y besó mi frente. —Para que no se te hinche la cara. — sólo me quedé estática y sonreí, podía ser un idiota molesto pero era tierno cuando quería.

—¿Es tu novio verdad?— la enfermera miraba enternecida la escena.

Solo respondí sonriendo.

Eres molesta. [Tsukishima x tú♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora