06

1.6K 141 149
                                    

Tema libre.

Sero recuerda el día de su graduación de la UA como si hubiera sido ayer y no hace ya diez largos años. No es un recuerdo bonito, ni por asomo, pero aún así lleva repitiéndose en su mente durante todos esos años que lo separan del suceso. Es como un disco rayado que se ha quedado atascado en ese doloroso momento, sin ser capaz de avanzar en la película que es su vida.

Los ve el día de la graduación, ambos emocionados con sus diplomas en la mano y el birrete bien colocado sobre sus cabezas. Recuerda que era un día caluroso de Marzo, también recuerda que todos estaban muy ilusionados ante la perspectiva de futuro que se formaba frente a ellos. Ser héroes, al fin.

Ve la brillante sonrisa de Kaminari, tan reluciente que comienza a dudar de si el día era caluroso o lo que proporcionaba calidez era él. Y recuerda lo lleno que se sentía a su lado, pensando que era capaz de todo siempre y cuando su mano estuviera agarrándolo. Aunque como todo, la felicidad no dura para siempre. Y ese mismo día Sero tuvo que descubrirlo de la peor manera posible.

Si sus recuerdos no le fallan Denki lo llamó para hablar una vez terminó la ceremonia, su rostro algo rojo y lágrimas todavía adornando esos ámbares preciosos que tanto lo confundían. En ese momento no entendió el por qué lloraba cuando segundos antes sonreía, ni el por qué de hablar tan en privado en un día para estar todos juntos. Puede sentir los mismos nervios que en aquel momento, y también la tristeza que lo invadió ante su "Sero, quiero cortar". No hubo una explicación, tampoco un "es broma", ni una palabra de consuelo. Sólo eso, una ruptura sin motivo que le hizo añicos el corazón. Gritó y lloró en busca de un motivo, de un por qué, pero solo recibió las lágrimas ajenas junto a un "Lo siento" que a día de hoy todavía lo persigue con la misma intensidad que en un comienzo.

Pasó por una fuerte fase de negación, de mandar miles de mensajes al rubio en busca de retomar la relación como si nada hubiera pasado. A veces su amado Denki le respondía con monosílabos o con algún que otro emoji, como si no pudiera decir nada más. Hasta que un día desapareció, sin más. Ni un adiós, ni una carta de despedida, ni un mensaje. Sólo se fue, haciendo aún más grande el vacío que envuelve el corazón de Sero desde entonces. Le preguntó a todos sus amigos sobre ello, esperando que alguno pudiera darle una explicación lógica a lo que ocurría, pero solo recibió una negativa y un "A mí tampoco me responde" que terminó de romperlo completamente. Los padres de Kaminari jamás denunciaron su desaparición, asegurando que se había marchado a otro país para ver mundo, dejando más latente la idea de abandono en toda la ex-clase A.

Ahora han pasado los años pero Sero está seguro de que duele tanto, o incluso más, que aquel día de Marzo de hace diez años en el que su vida comenzó a derrumbarse.

Se observa una última vez antes de salir a patrullar, colocando el traje de héroe de manera correcta. Debe verse bien, como alguien respetable y en quien confiar, dejar de lado el sufrimiento que le ocasiona el recuerdo de su ex-novio y simplemente centrarse en cuidar a las personas de la ciudad.

Sí, sus sentimientos podrían estar estancados en su yo de 18 años pero su carrera no se detiene. Proteger, ayudar, salvar. Es su deber, su misión, aquello para lo que tanto se ha esforzado y para lo que ha prometido dar su vida.

Sale de la agencia conjunta que tienen él y Kirishima desde hace dos años para comenzar su turno de patrullaje. Una sonrisa forzada en su rostro, su andar tratando de verse seguro ante los ciudadanos de la gran ciudad. Algunos lo saludan con emoción gritando palabras de ánimo hacia él que realmente consiguen subirle el ánimo lo suficiente para no acabar con su vida ese mismo día, aunque la mitad de su corazón continúa sintiéndose vacía desde entonces.

Nota una vibración en el móvil de su pantalón, seguramente un aviso de asistencia en la aplicación de héroes. Se plantea acercarse a ayudar si el aviso está cerca, y se sorprende bastante al ver que quien solicita asistencia es Red Riot a solo un kilómetro de él. Con sus cintas podría llegar bastante rápido, y si el que pide ayuda es Kirishima debe de ser porque hay un villano que necesita inmovilizar. Clica el botón de asistencia antes de apagar el móvil e introducirlo en su bolsillo.

Lanza con rapidez las cintas que emergen de sus codos para salir hacia el lugar indicado, agarrándose de farolas y edificios con una facilidad otorgada por los años de experiencia. En el camino ve a personas impactadas, la policía tratando de que no se acerquen a la zona acordonada en la que los héroes deben estar luchando. Sus nervios comienzan a alterarse y desea que realmente no esté pasando algo demasiado grave, que simplemente Kirishima haya enviado ese aviso por error o que solo necesite un poco de ayuda para apresar al supuesto villano.

En menos de cinco minutos está en el lugar indicado, saltando a las personas y acercándose a uno de los oficiales de policía que allí se encuentran.

–Soy el héroe Cellophane, vengo a ayudar– avisa al hombre que se encuentra conteniendo a los curiosos.

–Está bien, pase– es lo único que responde para dejar cruzar al pelinegro al otro lado.

Corre como si su vida dependiera de ello, temiendo que algo malo le ocurra a su querido amigo Kirishima. Le cuesta vivir ya con la pérdida de Kaminari, no se ve capaz de tener que pasar por el dolor de perder también a ese alegre pelirrojo que tanto lo anima a seguir adelante.

A lo lejos ve la gran y desnuda espalda de Red Riot cubierta de quemaduras y rasguños que se ven especialmente dolorosos. Está quieto, como si algo realmente lo hubiera sorprendido lo suficiente para herirlo y hacerlo dejar de pelear. Recorta la distancia que los separa con rapidez, nervioso. Y ahí, en ese momento, es cuando entiende todo. Entiende la petición de ayuda, entiende las heridas y entiende la repentina parálisis de su amigo. Porque frente a él, con unos extraños trajes y una sonrisa sádica, se encuentra la persona que más ha querido y echado de menos en toda su vida.

–¿Ka.. Kaminari?– pregunta con una voz rota al verlo y su corazón destrozándose ante la sádica mirada que le dedica el amor de su vida.

Está cubierto de sangre, que aunque suene cruel Sero desea que sea de otra persona, pero aún así la sonrisa perversa no se borra de su hermoso rostro. El color de su cabello ha cambiado a un negro como la noche, perforaciones decoran sus lindas orejas y su labio inferior. Lo ve pasar la lengua por sus labios, aquellos que lo besaban en las frías noches y en cada momento a solas que conseguían tener, saboreando la sangre seca que se encuentra ahí. No quiere creer que es él, no puede serlo, su amor no puede estar en esa situación. Se niega, es imposible.

Kami está en otro país. Kami está en otro país..

–Volvemos a vernos, mi querido Han-chan.

Y eso termina de romperlo.

⚡⚡⚡

☘️1248 palabras.
☘️Eeeeem.. no tengo claro que fue lo que hice pero hecho está JAJAJAJA. Al principio el concepto no tenía nada que ver con lo que terminó siendo, simplemente mientras escribía me vino y yap. No hay interacciones entre ellos, por decirlo así, pero me gustó hacerlo con la visión de Sero. Igualmente, espero que no sea muy horrible y que podáis disfrutarlo igualmente❤️

Kiss Me [Serokami Week 2020]Where stories live. Discover now