𝐒𝐎𝐋𝐄𝐃𝐀𝐃『𝚂𝚊𝚒𝚔𝚒 𝙺𝚞𝚜𝚞𝚘 𝙽𝚘 𝙿𝚜𝚒 𝙽𝚊𝚗 Ψ』

孤 独 •９

𝐂𝐔𝐂𝐀𝐑𝐀𝐂𝐇𝐀𝐒

ゴキブリ

"Sí, sin duda son más aromáticos."

La joven aspiró nuevamente aquella pequeña bolsita que tenía entre manos, deleitándose con el intenso aroma. Granos de café Arábica; un tipo de grano gourmet que se había permitido conseguir. Según lo que había leído, eran más equilibrados, aromáticos y tenían una acidez más agradable que los diferenciaba de otras variantes. Claro, también eran más costosos. Tuvo que pedirle algo de ayuda al encargado de la cafetería para poder conseguirlos, pero pensaba que valía la pena si lograba aprender una nueva receta.

Yui colocó la bolsita de café sobre la encimera y empezó a preparar su espacio de trabajo. Sacó una olla pequeña, un colador fino, un bol grande, y los pequeños recipientes donde vertería la gelatina. Coloco su playlist para cocinar postres a un lado, mucho de Frank Sinatra sin duda. Pero la música pronto quedó ahogada por sus propios murmullos mientras trabajaba.

— Primero, hay que moler los granos hasta obtener un polvo fino. —El sonido del molinillo llenó la cocina, y ella observó cómo los granos se transformaban en polvo, liberando aún más de su aroma embriagador. —Ahora, calentar el agua sin que llegue a hervir. Aproximadamente 200 mililitros. —continuó, vertiendo el polvo de café en un bol y luego llenando la olla con agua. La colocó sobre la estufa, ajustando la llama con cuidado.

Una vez que el agua estuvo caliente, la vertió lentamente sobre el polvo de café en el bol, asegurándose de cubrir todos los granos molidos.

— Dejar reposar durante unos cinco minutos —susurró, mientras revolvía suavemente la mezcla. Durante ese tiempo, sacó la gelatina en polvo.

Después de los cinco minutos, tomó un colador fino y vertió la mezcla de café a través de él, recogiendo el líquido en otro bol.

— Filtrar bien para eliminar cualquier residuo. A continuación, Dos cucharadas de gelatina sin sabor... disolver.

Vertió la mezcla en los pequeños recipientes, con manos firmes y precisas

—Dejar enfriar antes de agregar la crema. —Alineó los recipientes en una bandeja que luego llevó al refrigerador. Cerró la puerta y programó el temporizador para asegurar que no se le olvidara el siguiente paso—. Mientras esperamos, hacemos la crema de vainilla. Una taza de nata, dos cucharadas de azúcar, unas gotas de esencia de vainilla —murmuró, batiendo la mezcla hasta que alcanzó una consistencia suave y cremosa.

Cuando la gelatina estuvo firme, abrió el refrigerador y sacó los recipientes. Con delicadeza, vertió una capa de crema de vainilla sobre cada uno con una manga pastelera, asegurándose de cubrir toda la superficie de la gelatina.

— ¡Y wuala! — Exclamó finalmente, admirando su obra maestra.

La probo, y sus mejillas se calentaron apenas lo hizo.

—Aaah, definitivamente valió la pena comprar esa bolsa~

No había podido hacer demasiada cantidad, ya que la bolsa de café era pequeña, pero logró obtener seis recipientes, reservados especialmente para la familia Saiki. Lo normal sería pensar que serían dos para cada integrante de la familia, pero conociendo a Kusuo, seguramente terminarían siendo dos para los señores Saiki y los otros cuatro para él.

La castaña no pudo evitar reír ante ese pensamiento mientras guardaba en una bolsa las últimas gelatinas.