Tu armónica

18 - Lakewood

Narrado por Terry

- Si cada vez que salgamos a pasear me vas a llevar a un mirador para seducirme, puedes conducir de ahora en adelante -

- ¡Tú comenzaste! - me responde indignada.

- ¿Según quién? - me cruzo de brazos bromeando.

- ¡Terrence Grandchester!- me encanta verla furiosa para admirar sus ojos chispeantes y su colección de pecas bailando en su rostro.

- Bueno... entonces digamos que fuimos los dos, yo encendí la llama pero tú lo convertiste en un incendio - nos reímos mientras nos arreglamos la ropa. De repente un carro se parquea a nuestro lado.

- Terry es Albert - me susurra. Respiro profundo tratando de bajar mi erección. Miro mi saco y lo coloco estratégicamente encima de mi entrepierna.

- Pequeña ¿todo bien? - nos pregunta por la ventana.

- Sí Bert, le enseñaba a Terry la vista del Lago Michigan desde aquí -

- Sí esta es la mejor vista del lago -

- ¿Cómo te ha ido con la conductora? - me pregunta relajadamente, sin sospechar lo que acaba de ocurrir.

- Sobreviviendo - ella me da un buen golpe en el brazo - agredir a tu futuro esposo no está nada bien Pecosa, no me imagino qué pasará conmigo cuando esté a tu entera disposición - Albert se ríe a carcajadas.

- Ustedes son tal para cual -

- Pensé que mi madre se iría contigo ¿con quién está? - pregunto al ver que va solo con George.

- Archie insistió en llevarla - primero no podíamos ni vernos y ahora es el perrito faldero de mi mamá.

- Es mejor irnos ya, quiero tener tiempo de mostrarte Lakewood antes de irme al Hogar de Pony -

- ¿En serio me vas a abandonar Pecosa? -

- Es una tradición que la novia y el novio no duerman en la misma casa antes de la boda, así que me iré al Hogar de Pony, Annie me acompañará, será divertido, haremos una pijamada -

- Iré a dejarte, quiero saludar a tus madres -

- Sería maravilloso - Albert se adelanta y Candy conduce atrás, llegamos rápidamente a Lakewood - Mira Terry aquí viví muy poco tiempo, pero tengo lindos recuerdos - nos bajamos del auto y Candy me lleva a mi habitación - Les pedí que te dieran mi antigua habitación-

- Es bonita aunque muy femenina -

- Sí lo siento, pero me pareció muy excitante que durmieras en mi cama de soltera -

- Y sería más excitante si nos metiéramos los dos - la abrazo por la espalda y aprieto su redondo trasero contra mi falo, ella se frota contra mí provocativamente, así que la pego aún más fuerte - No juegues conmigo, que en tres segundos te tendré en la cama haciéndote el amor -

- Adelante -

- Pecosa... - esta mujer me está matando, llevo mis manos a sus senos para masajearlos cuando tocan a la puerta, nos separamos, ella se arregla rápidamente pero lo mío siempre toma más tiempo, así que me siento en un sillón y me tapo con un muy útil cojín, si sigo teniendo tantas erecciones inconclusas voy a enfermar de abstinencia, si eso existe.

- Adelante - es Eleonor que entra radiante como siempre.

- Cariño que preciosa habitación-

- Es mi habitación- ella nos mira sin comprender.

- ¿Dormirán juntos hoy? -

- Ya quisiéramos- digo sin pensar, Candy se sonroja mientras mi madre se ríe.