Capitulo 3 (ParteI)

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Este es uno de los momentos donde desearía que Erica aceptase la ayuda que sus padres siempre están dispuestos a darnos, y así poder comprar un maldito auto para ambas para no tener que pasar una hora intentando coger un taxi y por ende llegando tarde al trabajo.

Esta mañana tuve la suerte de que Erica trajo ayer un ligue a casa y este tenía coche y de camino a casa me pudo dejar en el centro para que parara un taxi con mayor facilidad, y no me cobraran tanto.Lo que no sabía que parar un taxi fuese tan difícil, siempre he llamado a la agencia pero hoy mi teléfono amaneció sin carga porque la noche anterior se me quedo mal enchufado el cargador.

Así que resumiendo, estoy en el centro de la ciudad, llegando una hora tarde a un trabajo en el  que no saben que no tengo ni idea de cómo ser una asistente personal, con el teléfono sin batería y con el cargador en el bolso y para rematar un hambre que me comería un elefante ya que esta mañana no me dio tiempo a desayunar porque Andrew-el ligue de Erica-tenía mucha prisa.

-Taxi-grito por enésima vez en lo que llevo de mañana y como era de esperar, el señor pasa x mi lado ignorándome. Magnifico.

Veo que viene otro taxi más pegado al borde de la acera y creo que esta va a ser finalmente mi oportunidad, así que para no tentar mi suerte, saco un fajo de billetes del bolsillo y lo meneo mientras vuelvo a gritar.

-Lo siento linda, ya tengo un cliente esperando-dice el taxista cuando me pasa por delante y acelera provocando que el charco, que hasta ahora no había notado, me moje completa de agua sucia.

-Joder-exclamo mientras miro mi blusa blanca y empiezo a sentir la ropa pegándose a mi piel mientras el polvo y la tierra mojada cae por mis brazos al suelo.

Definitivamente es el peor día de mi vida. Dándome por vencida con lo de parar un taxi, me giro y entro a la cafetería que se encontraba detrás de mí, con la intención de cargar el teléfono y así llamar un uber.

-Hola podría poner a cargar el teléfono aquí mientras me tomo un café-pido amablemente a una camarera que se encuentra en la barra, no me importa mucho que me mire con cara de asco, le sonrió esperando que acepte.

-Por supuesto, si desea asearse el baño de mujeres es la segunda puerta a la izquierda al final del pasillo, ahí también encontrara algunas toallas-me indica el camino y extiende su mano para que le dé el cargador y el teléfono-Le pondré a cargar el celular en las mesas del final, en aquellas sillas de plástico, deme el bolso para marcar su asiento-me señala mi lugar y veo que es en uno de los rincones de la cafetería donde solo hay una persona mas sentada.

-Gracias ¿Podría llevarme también un cappuccino?-le tiendo el bolso a la vez que hago mi pedido y ella asiente diciendo que ahí estará cuando salga del baño.

Camino por un pasillo un poco estrecho que lleva hasta el baño, ahí limpio la suciedad de mis brazos y cara e intento quitar algunas mancha del pantalón que por suerte es negro por lo que no se nota tanto las manchas restantes.

Salgo del baño y me dirijo a la esquina donde ya veo sobre la mesa el café y mis pertenencias.

Me siento y tras unos cuantos tragos de café me relajo lo suficiente para intentar encender mi celular que sigue cargando.

La pantalla se ilumina y rápidamente pongo la contraseña para buscar el número de Thomas, el representante de la banda, el único número que tengo para contactarlos. Ayer antes de irme del estadio me explicaron que hoy me iban a dar otro teléfono con el contacto de los chicos y de algunos otros empleados con los que iba a tener contacto frecuente, esto se debe a que si algún día roban o pierdo mi celular, la privacidad de los miembros de la banda no va a ser un problema.

Tras bambalinas Where stories live. Discover now