Capítulo 25

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—Entonces tu conoces bien a Scott? –pregunto, y Keyla asiente.
   
—Si, creo que se algunas cosas de él aunque no mucho, siempre ha sido alguien muy reservado. No es alguien que valla contado sobre su vida y cosas así. –me explica.
   
—Tiene novia. –salen las palabras de mi boca antes de que pueda procesar lo que he dicho. Por la expresión de Keyla veo que está un tanto confundida por mi pregunta al igual que yo.
   
—Que yo sepa no. Creo eso no va con el.

Una parte de mi quiere ir a buscar a Scott y arreglar las cosas, pero la otra dolida y humillada me lo impide. No sabría siquiera como actuar después de lo que pasó. Quisiera preguntarle tantas cosas, ¿Si no me quería dar falsas esperanzas porque me correspondió el beso? Se que estaba algo ebria en ese momento pero si que estaba consiente de todo lo que pasó, ví como me miraba, sentí como sus labios me pedían con ansias que no me detuviera.
Y lo cierto es que ahora estoy más confundida que nunca, ¿sera por eso que me rechazó, porque no cree en las relaciones?. Lo sé, es ridículo que este pensando estas cosas cuando se supone que sólo hablo con el porque quiero acercarme a Brian, «porque es así, ¿no?» esa debe de ser la única razón, ¿talvez sólo debería disculparme y hacer como si nada ha pasado? Si eso es lo que tengo que hacer, tengo que terminar lo que empecé y después, juro que jamás lo volveré a ver.
A los pocos minutos le preguntó que si podemos vernos a las seis en punto donde siempre. Cuando me dice que si me cambio el vestido por unos jeans y un suéter blanco de lana, junto con unos tenis blancos. Salgo diez minutos antes ignorando al salir a mi madre.

Más tarde llega Scott, lleva unos jeans negros y una playera blanca, y como siempre el cabello alborotado pero lo extraño es que a él le queda bien ese estilo.
   
—Hola. –me saluda con un movimiento de cabeza y se acomoda a mi lado en la banquita.
   
—Hola. –respondo.
   
—Pensé que ya no querías verme. –su voz es más suave y dulce de lo normal. Cosa que me confunde aun mas.
   
—Justamente a eso vine. Tenemos que hablar sobre lo que pasó aquella noche. –digo y rezo por mantenerme calmada durante toda la conversación.
   
—Habla entonces. –me sugiere.
Tomo un poco de aire antes de decir cualquier cosa, «todo es por Brian» me recuerdo a mi misma tratando de borrar los nervios inmensos que estoy sintiendo ahora.

DESPUÉS DE TI [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora