Capítulo 41

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Vemos tres películas seguidas todas iguales a la primera, cada quien ya se ha comido como veinte galletas durante todas las películas, Keyla se come las últimas que quedaban en el plato hasta dejar solo migajas.

Tuve que convencer a Keyla de quedarse está noche durante los últimos treinta minutos, al final se simplemente cedió porque le prometí hacer algo por ella después y también tuve que acceder a prestarle mi suéter blanco favorito.

—¡Ya se que más quiero a cambio! –exclama muy entusiasmada Keyla. Pongo los ojos en blanco.

—Y ahora que es...

«De haber sabido que me pediría tanto a cambio mejor la dejo que se valla a casa» pienso mintras se me vienen mil cosas posibles de las que me puede pedir.

—Vamos de compras mañana. –dice con el mismo tono de antes.

—¿De compras? -repito.

—Eso dije.

—Después de clases.

—Estaba pensando que podríamos faltar a cla...

—¡Ni hablar! –la interrumpo.

—Vamos... Nunca faltamos a clases, nadie se dará cuenta. ¡Por favor! Prometo que será la última vez. –y ahora ella me está prometiendo cosas para que haga lo que desea.

—Si se llega a enterar mamá dejamos de ser amigas, ¡te lo aseguro! –aunque ella y yo sabemos que eso jamás va a pasar.

—Bien... –dice de mala gana y la sorprendo dándole rodeandola con mis brazos. Me sonríe y me abraza ella también.

Después de ponernos al día durante el tiempo que no nos vimos y conversar sobre otras cosas, Key fue la primera que se quedó dormida. Yo no he podido cerrar los ojos, no he evitado pensar en Scott y su repentino desaparecimento, en las últimas horas le he mandado aproximadamente dieciocho mensajes de texto y seis llamada y no he obtenido respuesta alguna. Quería comentarle a Keyla y preguntarle qué si ha sabido algo de él, pero no he querido ponerle demasiada importancia, así que mejor me calle mis preguntas.
Para distraerme decido contestar los mensajes de Brian que me ha mandado desde la mañana, pero no tuve tiempo de responderle. Me responde a los diez segundos y duramos platicando hasta que me quedo dormida.

Me despierto con el tono de mi celular, me levanto de la cama y sigo el sonido hasta uno de los cajones del escritorio, ha dejado de sonar cuando por fin lo saco. Tengo tres llamadas perdidas, todas de Scott.

DESPUÉS DE TI [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now